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No sin mi cerdito

Por más que intento ahorrar, se me está quedando el cerdito escuálido

Por más que intento ahorrar, se me está quedando el cerdito escuálido

Queridos hermanos: paz y bien. Paciencia porque seguimos bien jorobaos, quiero decir, porque para los hipotecados todas las semanas son de Pasión aunque el Euríbor siga empeñado en volver a batir su récord histórico a la baja, esta vez cerrando marzo en 1,215%.

Parece una miseria de bajada respecto al 1,225% de febrero pero, teniendo en cuenta el pastizal que nos prestan para pagar el pastizal que cuestan los pisos con el pastizal de intereses que nos cobran, ese descenso de decimales bailongos supone que nos vamos a ahorrar 500 euretes al año que irán para nuestro bolsillo en lugar de para el banco.

Un bolsillo que cada vez tenemos más pechugón a juzgar por la última estadística (ay… ¡Qué haríamos sin ellas!) que dice que el año pasado nos dio por ahorrar un 27,4% de nuestros ingresos, o sea una auténtica barbaridad que bate récords tan históricos como los del Euríbor.

A ver… Normal… Con el paro aumentando sin cuartel, las deudas acosándonos por las esquinas y el IVA pisándonos los talones en permanente amenaza de llevarse lo que nos ahorramos de hipoteca con la bajada del Euríbor, quién es el guapo que no ahorra con lo malita que está la cosa.

Y la crisis de aniversario: ya se cumplen dos años desde que empezamos a irnos a hacer puñetas, que será la única profesión que nos quede estable y viable después de saber que el 40% de los parados tiene chungo encontrar empleo.

Cómo no nos vamos a poner a ahorrar si solamente el 16% de los que cobran los 420€ ha encontrado trabajo. ¡Aquí ya no se vive ni con limosnas! Al menos ya he oído hablar del Pacto Anticrisis, también llamado Acuerdos de Zurbano, qué poético, pero creo que antes de que lo firmen se orienta Buzzlightyear para encontrar la tercera galaxia a la derecha según se sale de la Vía Láctea.

Lo normal en tiempos de crisis es gastar lo que se ha ahorrado antes pero como aquí siempre nos mola ser different, a veces porque los que nos desgobiernan no nos dejan otro remedio, estamos ahorrando mucho más que gastamos porque (se admiten sugerencias y opiniones):

1) No es que tuviéramos mucho que gastar cuando llegó la crisis: vivir al día es el deporte nacional a partir un piñón con el critiqueo y la envidia

2) No sabemos cuándo ni cómo ni por qué terminará la crisis

3) Tenemos tanto miedo a volver a quedarnos en pelotiquis financiera que ahora toda precaución es poca y hasta la Pantoja se está encargando un par de pelucas

4) A falta de trabajo, bueno es tirar de los céntimos metidos en el calcetín o tirar de la manga del Estado (actualmente deporte de riesgo)

5) Como los bancos no nos dan , ya nos lo prestamos toíto entre nosotros

6) Nos acojona la subida del IVA

Lo normal también sería protestar, levantarnos en armas como en mayo de 1808 para echar a los colegas de Napoleón que querían colocarnos a Pepe Botella. Pero aquí no. Aquí nos colocan a Pepe Blanco y similares y seguimos pendientes del derbi de Villarriba contra Villabajo.

Que no nos quiten el fútbol ni los toros ni los conciertos, para los que somos capaces de hacer dos semanas de acampada frente a la puerta del recinto pero no hacemos ni dos minutos en la puerta del Ministerio de Trabajo, del Banco de España ni de La Moncloa para pedir lo que es nuestro: el trabajo, el dinero y el país en el que vivíamos antes de la crisis.

A buenas horas mangas verdes

Trajes de faena sindical para sacar en manifestación cuando Gobierne el PP porque lo que es ahora... ¡¡No ganan para neftalina!!

Trajes de faena sindical para sacar en manifestación cuando Gobierne el PP porque lo que es ahora... ¡¡Se gastan todo el unte en naftalina!!

Queridos Reyes Majos:

Este año he sido buena (yo siempre soy buena, jejeje) pero… Ahora que pienso… ¡Qué desactualizada estoy, si ya pasó la Navidad! Me está pasando como a los sindicatos que, tras dos años de crisis (según Zapatillas no llegamos ni a uno y medio oficialmente), se manifiestan tarde, mal y para algunas cosas nunca. El espíritu de mi bisabuelo, espía de la Guerra de los Mundos, se manifestaba con más profusión en la vieja mansión que heredé de mi abuela.

Ahora a UGT de Madrid se le ocurre la gran idea de reivindicar, con un toque seudoburocrático, jipioso y alternata, que los parados deben tener ayudas para pagar la hipoteca y el alquiler, así como transportes gratis.

A mí me parece genial pero creo que también tenían derecho antes y nadie lo había reclamado. Creo que no hace falta esperar a cortarse un dedo para poner el cartel de peligroso ni para empezar a repartir tiritas o simplemente para empezar a decir que habría que reorganizar un comité de salvamento especial y urgente repartidor de tiritas. Entre otras cosas, cuando has terminado de pensar, redactar y promulgar, quien necesitaba la tirita se murió de la pena y del asco.

A los parados no sólo les hace falta ayuda para pagar la vivienda y los transportes, necesitan un plan A, B o C para encontrar trabajo (a ser posible de calidad, estable y relacinado con lo suyo aunque esto ya es hacer magia), y un sinfín de bla, bla, bla que es verdad pero que con ponerlo en una carta y reclamarlo mientras luego sigues con tu vida no es bastante.

Los sindicatos están para más que escribir cartas y tener buenas intenciones; para eso ya estamos todos, incluidas las misses que piden la paz en el mundo, que nadie muera de hambre y que aparezcan las armas de destrucción masiva. Los sindicatos están para remover conciencias (y no para acallar la propia con falsos argumentos como ahora), protestar cuando hace falta (y no callar como ahora), salir a la calle (en lugar de quedarse lisiado de tanto unte en casa como ahora), negociar convenios colectivos y en una palabra: trabajar.

Venden esta carta como una exigencia “rotunda e innegociable” mientras recalcan su “compromiso” con los parados. ¡Todo mentira! ¿Y qué pasa con los 4.600.000 y los que están escondidos entre los cursos del INEM y otros chanchullos? ¿Qué pasa con el sufrimiento de esas personas y sus familias? ¿Qué pasa con el mercado laboral? No tienen la culpa y no son los únicos que podrían hacer algo pero lo que podrían hacer no lo están haciendo.

Escribir cartas queda para los niños. Ya no es Navidad y los Reyes Magos no tienen poderes mágicos para solucionar el desempleo, que tampoco se soluciona solo. Cuando no se trabaja y se sufre el rechazo entrevista tras entrevista, que te ayuden a pagar el piso o el autobús está bien pero es una minucia y una pizca que solo pone una tirita en la economía doméstica.

Los parados son un colectivo triste y desamparado al que le falta organización y cohesión pero que seguiría a pies juntillas una manifestación no partidista o cualquier iniciativa que de verdad defendiera sus derechos como trabajadores que fueron, deberían seguir siendo y deberían volver a ser.

Esta Semana Santa buscaré alguna procesión interesante que ver porque las manifestaciones son un bien escaso que se limita a la protesta por el aumento de dos años de la edad de jubilación y para procesiones internas, ya tiene cada uno la suya.

Zapatero a tus zapatos

ZuperParo y Super Salgado frente a la OCDE y frente a la crisis

ZuperParo y Super Salgado dando la cara en la OCDE para explicar su plan anticrisis

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) le ha tirado de las orejas al Gobierno español por seguir concediéndonos ayudas para comprarnos casa y porque dice que tardamos demasiado en resolver los conflictos entre inquilinos y propietarios de viviendas.

También nos ha echado la peta por otras cosas como no rebajar la indemnización por despido con contrato fijo, por no aumentar el periodo de cotización para las pensiones, vincular los salarios a la inflación y no ponernos las pilas con la reforma educativa.

Después de que no ha dejado títere con cabeza ni apartado socioeconómico en el que meter las narices, este selecto club de países ricos con nombre de partido político (aunque nunca lo haya sido) no quiere que sigamos jugando en su patio con nuestras reglas sino con las suyas.

La OCDE nos echa en cara que somos el país desarrollado que peor lleva y más sufrirá la crisis, con el único consuelo de que Irlanda va detrás, y que como sigamos así nuestro Producto Interior Bruto (PIB) irá para atrás como los cangrejos, deteriorándose un 10,6%.

Que la cosa nos va fatal lo saben hasta los linces de Doñana pero, digo yo, ¿es que la OCDE no tiene nadie más con quien meterse y no ha visto a Grecia? Creo que a pesar de que las rodillas se nos doblan, tenemos fisurado medio cuerpo y los dos ojos morados, los colegas de Pitágoras se llevan la palma en cuanto a farolillo rojo de esta liga tan selecta, o shea.

Como aquí lo que nos pone es llevar la contraria, si nos aconsejan suprimir las ayudas para la adquisición de vivienda, ahí va Super Salgado para decir que hay que dar más pasta para la rehabilitación. Pero no nos confundamos, el Gobierno sólo quiere reflotar el ladrillo, no ayudarnos a nosotros.

Siempre he prestado atención a los informes de la OCDE pero esta vez me paso por el sobaquillo todo lo que dice a excepción de la reforma educativa, cuya ausencia explica por qué una sociedad como la nuestra tiene los gobernantes que se merece.

Invito a los que se esconden detrás de esas siglas a coger un avión y darse un rulo por Spain para ver que es different y por qué hace falta la ayuda a la compra de viviendas, aunque las ayudas no sean la solución indefinida para nada. Lo preocupante es que parece que el precio ha tocado fondo y que, según quien haga el estudio, el número de hipotecas aumenta pero no nuestra liquidez ni nuestros ahorros. Es más, la gente que conozco no hace más que decirme que tiene el cerdito más tieso que la mojama.

A nadie le gusta que le pongan los puntos sobre las íes, lleve o no razón quien te lo diga, pero en esto podemos estar tranquilos porque ZuperParo ve menos que un gato de escayola y para salir de la crisis se está moviendo menos que el portero de un futbolín.

Deberíamos decirle a la OCDE: Zapatero a tus zapatos, pero no podemos porque es precisamente lo que ellos nos están diciendo a nosotros.