Novación: negociar para cambiar las condiciones de la hipoteca

Trato hecho

Trato hecho

Como os decía el miércoles pasado una de las formas de ahorrar en la hipoteca es negociar con el banco para cambiar las condiciones. Es trabajoso y a veces complicado.

Durante los primeros años de la crisis era casi imposible, los bancos no querían, pero han abierto oídos y puertas, y te puede resultar ventajoso cambiar alguna premisa en caso de tener malas condiciones firmadas.

Técnicamente, esto de cambiar las condiciones de la hipoteca se llama novación hipotecaria y consiste en firmar un nuevo contrato cambiando una o varias características del préstamo como por ejemplo aumentar o reducir el plazo, rebajar el diferencial, eliminar alguna cláusula (como el suelo), cambiar de tipo de referencia (Euríbor, IRPH), que la contratación de algún producto o seguro deje de ser obligatoria para pagar menos intereses…

La novación hipotecaria cuesta dinero. A fin de cuentas es firmar un nuevo contrato y hay que pasar otra vez por la gestoría, el notario, registro de la propiedad, pago de impuestos, tasación, las gestiones con el banco… Así que éste no pierde oportunidad de cobrarte también por su trabajo, entre un 0% y un 1% de lo que te queda por pagar.

La hipoteca es una atadura a veinte, treinta o cuarenta años vista: interesa rebajar los gastos que supone. Los tiempos cambian y las condiciones de las hipotecas van con los tiempos. Así como hace año y pico era fácil ver diferenciales por encima del 2% e incluso del 3%, ahora la hipoteca que no está en torno al 1,70% es cara y queda fuera de mercado.

Los bancos están dispuestos a negociar con clientes que han demostrado un historial de pagos intachable: sin haber fallado ninguna vez y siempre soltando el dinero con puntualidad británica. También quieren que sean lo suficientemente solventes como para no dar problemas de pago en el futuro.

Juega a tu favor que lleves muchos años como cliente del banco y que tengas allí contratados otros productos como por ejemplo seguro del hogar, depósito, cuenta de ahorro, plan de pensiones…

Si tu banco te da la espalda y se niega a negociar, puedes probar con la competencia. Cambiar la hipoteca de banco se llama subrogación y cuesta algo más de dinero, porque además de lo que ya he comentado algunas entidades cobran una comisión por cancelación anticipada o por subrogación. Antes el banco que te recibía lo hacía con los brazos abiertos y corría con esos gastos.

Eso ya no lo hacen, pero sí que quizás puedas encontrar quien te acepte y puedas así mejorar tu hipoteca y ahorrar en la cuota. Esto no es firmar, olvidarse y pagar. Es firmar y seguir al pie del cañón para intentar pagar menos todos los días de tu vida…

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