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Lalara-larita, arreglo mi casita

Después de reformar, el piso me quedó guay pero no puedo decir lo mismo de mis bolsillos

Después de reformar, el piso me quedó guay pero no puedo decir lo mismo de mis bolsillos

La ministra de Economía, Elena Salgado, intenta guiarnos con un decálogo de Epi y Blas por la senda “exit” de la crisis o, en su defecto, por la vía muerta de cómo sobrevivir a ella (a la ministra, quiero decir, a la crisis ya sobrevivimos agudizando el ingenio cada día).

Su mágico plan de 31 medidas, aprobado por el Consejo de Minifistros, incluye el fomento de la rehabilitación de viviendas mediante la deducción de un 10% de IRPF del dinero que gastemos en reformas de la casa hasta las uvas de 2012, pero sólo si ganamos por debajo de 33.000 € y hasta un máximo de 4.000 € al año y de 12.000 € por vivienda.

Los que ganen de 33.000 a 53.000 € se lo desgravarán en menor medida y por encima de ese salario se supone que se tiene suficiente pasta para arreglar la casa habitual, la de la playa, la del vecino y la de los tres cerditos sin despeinarse.

Estos últimos son los ricos, los que no son el 95% que la ministra ambiciona que nos beneficiemos de esta medida. ¡A ver si es verdad! Pero si no tenemos pasta para malpagar la hipoteca, ¿quién es el guapito de cara que tiene dinero para reformar la casa? Como no sea con créditos del ICO y buena voluntad de los obreros para aplazarnos el pago…

Este súper plan también contempla la aplicación de un 8% de IVA, en lugar del 16%, en las facturas de fontaneros, carpinteros, albañiles, pintores y demás obreros que contratemos. ¿Pero alguien pide facturas con IVA pudiendo pagar en negro? Lo sé, es ilegal y con la boca grande decimos que nos revienta la economía sumergida pero cuando se trata de nuestra factura que nos quiten la cosa esa mutante que nos incrementa la cuenta un 16%.

Así, la Helen Salgueitor cree, con un espíritu ONG rancio, que ayuda a la recuperación de 350.000 puestos de trabajo perdidos en la construcción, y que es más “sostenible” reformar que construir.

Esto último es verdad pero no por ello hay que llevarlo al extremo y el Gobierno no debería intervenir en fomentarlo, pero como es sostenible, la Helen pretender que esta medida haga juego a su Ley de Economía (in)Sostenible.

Lo primero mejor ni lo comento: en la construcción se han sepultado 1.300.000 puestos de trabajo pero darles trabajo hoy es condenarles al paro y los subsidios mañana. Ha habido sobreconstrucción y sobrecreación de puestos en este área, así que lo que deberían hacer es identificar a estas personas y ofrecerles cursos de formación para áreas en las que puedan recolocarse, no por un tiempito como en la rehabilitación, sino para tener futuro.

Con este acto de escasa voluntad, incluido en los archifamosos y mediáticos Acuerdos de Zurbano, el Gobierno dice que dejará de ingresar 1.600 millones de euros, reorientará el maltrecho sector inmobiliario (adonde no conviene, qué manía con impulsar este sector y los demás que se pudran), apoyará a las pymes (buena falta les hace), solucionará nuestros problemas de liquidez y protegerá a los que más sufrimos la crisis.

¿De verdad? ¡¡Está todo por verse!! Y eso que ya llevamos dos añitos de crisis, en los que les habría dado tiempo hasta de darnos la luna.

Zapatero a tus zapatos

ZuperParo y Super Salgado frente a la OCDE y frente a la crisis

ZuperParo y Super Salgado dando la cara en la OCDE para explicar su plan anticrisis

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) le ha tirado de las orejas al Gobierno español por seguir concediéndonos ayudas para comprarnos casa y porque dice que tardamos demasiado en resolver los conflictos entre inquilinos y propietarios de viviendas.

También nos ha echado la peta por otras cosas como no rebajar la indemnización por despido con contrato fijo, por no aumentar el periodo de cotización para las pensiones, vincular los salarios a la inflación y no ponernos las pilas con la reforma educativa.

Después de que no ha dejado títere con cabeza ni apartado socioeconómico en el que meter las narices, este selecto club de países ricos con nombre de partido político (aunque nunca lo haya sido) no quiere que sigamos jugando en su patio con nuestras reglas sino con las suyas.

La OCDE nos echa en cara que somos el país desarrollado que peor lleva y más sufrirá la crisis, con el único consuelo de que Irlanda va detrás, y que como sigamos así nuestro Producto Interior Bruto (PIB) irá para atrás como los cangrejos, deteriorándose un 10,6%.

Que la cosa nos va fatal lo saben hasta los linces de Doñana pero, digo yo, ¿es que la OCDE no tiene nadie más con quien meterse y no ha visto a Grecia? Creo que a pesar de que las rodillas se nos doblan, tenemos fisurado medio cuerpo y los dos ojos morados, los colegas de Pitágoras se llevan la palma en cuanto a farolillo rojo de esta liga tan selecta, o shea.

Como aquí lo que nos pone es llevar la contraria, si nos aconsejan suprimir las ayudas para la adquisición de vivienda, ahí va Super Salgado para decir que hay que dar más pasta para la rehabilitación. Pero no nos confundamos, el Gobierno sólo quiere reflotar el ladrillo, no ayudarnos a nosotros.

Siempre he prestado atención a los informes de la OCDE pero esta vez me paso por el sobaquillo todo lo que dice a excepción de la reforma educativa, cuya ausencia explica por qué una sociedad como la nuestra tiene los gobernantes que se merece.

Invito a los que se esconden detrás de esas siglas a coger un avión y darse un rulo por Spain para ver que es different y por qué hace falta la ayuda a la compra de viviendas, aunque las ayudas no sean la solución indefinida para nada. Lo preocupante es que parece que el precio ha tocado fondo y que, según quien haga el estudio, el número de hipotecas aumenta pero no nuestra liquidez ni nuestros ahorros. Es más, la gente que conozco no hace más que decirme que tiene el cerdito más tieso que la mojama.

A nadie le gusta que le pongan los puntos sobre las íes, lleve o no razón quien te lo diga, pero en esto podemos estar tranquilos porque ZuperParo ve menos que un gato de escayola y para salir de la crisis se está moviendo menos que el portero de un futbolín.

Deberíamos decirle a la OCDE: Zapatero a tus zapatos, pero no podemos porque es precisamente lo que ellos nos están diciendo a nosotros.