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El Euríbor cierra mayo florido y hermoso

El Euríbor florece un mes para darnos las calabazas de fin de curso

El Euríbor florece un mes más para darnos el sablazo calabacil de fin de curso

La hipoteca vuelve a subir. El Euríbor, aunque aún anda lejos de límites alarmantes, nos va a pegar un tijeretazo de 800 € al año (o sea, unos 66€ al mes) con esta nueva subida.

A falta de que lo confirme oficialmente el Banco de España, como debe hacer cada mes, el Euríbor ha cerrado mayo en el 2,147%, lo que significa que está un 0,9 más alto que hace un año, en lo que es la subida más importante desde septiembre de 2007.

Si te toca revisión de hipoteca en junio o a principios de julio, te va a costar un 10% más cara que hasta ahora por culpa de esta décima subida consecutiva, la mayor de los últimos 3 años.

Por aquel agosto de 2008, las hipotecas se achicharraron casi 900 € más al año, para luego caer sin parar hasta marzo de 2010, el ecuador de estos casi 2 años en los que hemos pasado de disfrutar tipos menudos a decir ¡menudos tipos! Y es que con la mierda de economía que se nos ha quedado, lo mínimo es que el Euríbor le hiciera juego.

Aunque España y sus habitantes seguimos sin recuperarnos, los países tradicionalmente más fuertes, Alemania y Francia sobre todo, han dado la vara al Banco Central Europeo (BCE), encargado de tocar los tipos de interés como si fueran marionetas, para que los subiera, cosa que hizo en abril del 1% al 1,25%.

Según los que dicen que entienden, volverán a subir antes de fin de año, tal vez hasta situarse en el 1,75%. Gracias a que el BCE no tiene intención de hacer subidas radicales, todavía no los ha subido más, pero esto no quita para que el Euríbor vaya a cerrar el año entre el 2,5% y el 3%, dándonos un nuevo sablazo en la hipoteca.

Todo esto es así menos para los que tienen cláusula suelo, que respirarán tranquilos, aunque indignados, mientras el Euríbor se mantenga por debajo del 2,5%, el 3% e incluso el 3,5% que pagan algunos (más el diferencial) por su hipoteca, sin haberse podido beneficiar de dos años de intereses históricamente más bajos que los siete enanitos de Blancanieves.

Este nuevo máximo anual, que ya es el décimo pero deja chico a los que vendrán detrás en los próximos y calurosos meses, hace que a los que sufrimos cuatro millones de hipotecas nos cueste más devolver al banco el dinero que nos prestó para comprar el piso (y alguna cosilla más). Y flipa: los bancos tienen la teoría de que la mitad de los 5 millones de parados tiene hipoteca. ¡Ahí es ná!

Estaquita a los vampiros financieros

Los venelables bancos, que saben igual por viejos que por diablos, se mondan los dientes y de risa con la sentencia del Supremo

Los venelables bancos, que saben igual por viejos que por diablos, se mondan los dientes y de risa con la sentencia del Supremo

El Tribunal Supremo le ha clavado una estaquita (ya veremos si estacazo) a los vampiros financieros. Ya era hora, ¿no? Parece que ha llegado el momento de que al dios supremo del capitalismo le pegue un tirón de orejas de parte del consumidor el dios supremo de la Justicia, que según el último expediente X no clasificado por Mulder y Scally parece que existe.

El Alto Tribunal ha ordenado que 13 odiosas, abusivas, confusas e ilícitas cláusulas de los contratos hipotecarios y las tarjetas no puedan estipularse nunca más y que dejen de ser válidas incluso en los acuerdos ya firmados.

Parece que ha llegado el momento de quejarse, que nos escuchen y nos hagan caso, algo a lo que los sufridores mileuristas estamos tan acostumbrados como las entidades financieras a recibir inyecciones de humildad. Todo ha sido gracias a la paciencia de la Organización de Consumidores y Usuarios, más conocida como OCU, que en 2005 denunció las cláusulas de entidades como BBVA, Caja Madrid, el Banco Santander y Bankinter, y que ahora está más contenta que unas castañuelas con el resultado de este partido a muchos sets.

Que el tribunal de los tribunales haya dicho que ya podemos alquilar una casa hipotecada o que debemos enterarnos si nuestro banco cede la hipoteca a otra entidad hace pupita a los banqueros millonetis pero no deja de ser como disparar un balín de fogueo a un gigantón o como dar una patada a una estatua: conseguiremos que sangre un poquitín, cicatrizando a los cinco minutos, o que se le quede una muesca en su imponente estética fría y calculadora.

Para los gordinflas que manejan nuestro money es como un arañazo en su descapotable: les molesta pero tienen suficiente pasta para arreglarlo y para sacarse de la manga una alternativa a esa sentencia. Sí, se ha sentado un precedente histórico pero decidme cuánto creéis que tardarán los damnificados (oh, pobrecillos) en sacarse de la chistera una nueva cláusula sin chiste que sólo reirán ellos.

Ya nos gustaría mandar al cuerno de la luna la hipoteca y los botines que nos meten chinas en los zapatines. Hasta que no lo hagamos, y de momento no podemos ni en nuestros mejores sueños ni en sus peores pesadillas, esta estupenda sentencia es un gran beneficio para los hipotecados pero solo un pequeño daño para los bancos.

El grandullón de la clase les ha atacado con un palillo y nosotros tenemos ganas de que sea la espada láser de Obi-Wan. Las entidades financieras tienen protectores más poderosos de lo que nunca llegarán a ser sus detractores que, por cierto, han dicho por boca de Adicae (Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros) que en Extremadura el 90% de las hipotecas tienen cláusulas abusivas. Y si las hay en este duro extremo del país, me juego mis walkie-takie de espía a que las hay en todos los demás; si no ¿por qué esta misma asociación ha denunciado a 22 entidades por impedir la bajada d elas hipotecas?

Otra buena noticia es que también nos quedamos un poco menos en cueros cuando nos roban la tarjeta y los cacos se dedican a pindonear en lujosos restaurantes, tiendas de electrodomésticos caros, gasolineras y joyerías a costa del sudor de nuestra frente.

Si nos roban el dinero de plástico (ya podría ser de plastilina y así lo estirábamos todos los meses), el Tribunal Supremo ha dicho que las entidades financieras tienen su parte de culpa y que no podrán negarnos pan y jamón aunque solo pidamos un vaso de agua. Argo es argo. Aunque ya se las apañarán para seguir moneándonos, esto es un comienzo. ¡Feliz comienzo de semana, espías!