El Euríbor ha dicho adiós a septiembre en el -0 0,57%, en negativo por octavo mes consecutivo desde que en febrero empezara a poner el signo menos delante de sus cotizaciones. Esto supone un nuevo mínimo histórico y un ahorro para las familias que revisen su hipoteca con la cifra de septiembre.
Una hipoteca media de 120.000 euros a 20 años verá cómo la cuota del próximo mes baja 11 euros. El ahorro de cada préstamo será en función de las condiciones que se tengan contratadas, si bien para un préstamo medio se prevé en 132 euros durante los próximos 12 meses.
Las hipotecas con revisión semestral apenas reducirá su cuota una media de 3 euros al mes, o sea 18 euros en el próximo semestre.
A pesar de que el Euríbor subió un poco en agosto, no parece que vaya a aumentar sino más bien a seguir bajando. Hasta dónde no se sabe… Sólo se espera que se será de forma suave, echando por tierra el miedo de los bancos y la esperanza de los hipotecados de recibir dinero por tener un préstamo si el Euríbor llega a estar tan bajo que, al descontarlo, hubiera hecho que el banco pagara intereses.
Esto sería teóricamente posible si Euríbor más diferencial suma una cifra negativa en lugar de una positiva como ocurre habitualmente. Aunque el Euríbor está en negativo, como las hipotecas tienen un diferencial los bancos están descontando el Euríbor del diferencial, lo que deja una cifra muy baja de intereses, pero de momento positiva, y por tanto a pagar por los hipotecados en lugar de por los bancos. Aunque no parece probable que esto último ocurra, la banca ya adelantó su intención de no pagar por las hipotecas.
Les parece un “contrasentido”, porque están para ganar dinero y no para soltarlo, aunque si la situación se pone así inesperadamente, deberían apechugar con un Euríbor en negativo, igual que se han llenado los bolsillos a manos llenas con la cláusula suelo por la misma bajada del Euríbor, y en este caso no se les ha oído protestar por aumentar sus ganancias en millones de euros al año.
Se prevé que el Euríbor se mantenga negativo como mínimo hasta que entre en funcionamiento su nueva fórmula de cálculo. Esto debería haber ocurrido antes del verano y, sin embargo, se pospone al menos hasta principios del año que viene. Hay miedo a que el nuevo Euríbor salga positivo y bastante por encima de cómo está ahora, subiendo tanto las hipotecas que nos ponga en apuros financieros, por encarecer la cuota mensual repentinamente en hasta 150 euros.
Está claro que un cambio en la política monetaria afectaría y mucho a la estabilidad del euro y, por aplicación, a la propia realidad europea.
Y esto es así cuando desde Bruselas se pide un esfuerzo de concentración bancaria, de forma que las nuevas entidades puedas afrontar de forma más firme los nuevos retos y necesidades europeas.
El BCE no puede dar dinero a interés 0% de forma indefinida, por lo que, al igual que se está planteando en la FED, sería cuestión de ir aumentando el tipo de interés paulatinamente ya que los riesgos de deflación (inflación negativa) o de disminución de la actividad económica tienen que ir pasando, y no depender de la muleta financiera del BCE o la FED.
Así las cosas, en el ámbito de los préstamos hipotecarios la tendencia es a tipos fijos antes que variables, ante la volatilidad de estos últimos, y que la banca no quiere sustos: más vale pájaro en mano y constante durante la vida del préstamo.
Otra reflexión es saber a qué atenernos, si a un tipo fijo o variable, pero esto es harina de otro costal.
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