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Que no te den gato por hipoteca

gatos a cambio de hipotecas

Catálogo de mininos de la buena suerte

¿Te imaginas firmar una hipoteca y que el banco te lleve a casa un gato durante dos horas?

Tal como suena, la idea es tan absurda que cabe preguntarse por qué un banco querría perder el tiempo de semejante manera, gastando recursos y jugándosela con los clientes: al fin y al cabo, no a todo el mundo le gustan los gatos.

Aunque parezca flipante, está pasando en Rusia. La entidad Sberbank -una de las más grandes del país- ha iniciado una campaña en la que, hasta el mes de diciembre, a todo el que contrate una hipoteca le llevan a su nueva casa a un gato durante un par de horas. ¡Y ya han entregado 30!

En Rusia existe la creencia popular de que los gatos traen buena suerte y supongo que el banco lo hace para que esa buena suerte te acompañe en el nuevo hogar y, por qué no, en tu trabajo y en tu vida, para que así no dejes de pagar ni un solo mes la hipoteca.

Según el vídeo de la campaña, durante una de tus visitas a la sucursal, eliges el que más te guste en un catálogo online de mininos con 10 razas diferentes, o más bien imagino que te conformas con el que esté disponible.

Más tarde, dos operarios disfrazados de Super Mario versión verde (o sea, más parecidos a su primo Luigi) te lo llevan a casa y 120 minutos después se lo llevan y… A otra cosa, mariposa, y a otra casa, mariguasa.

La agencia publicitaria que ha orquestado el tinglao dice que los gatos son callejeros de Moscú o los que se caen de las furgonetas. ¿En Rusia se caen gatos de las furgonetas? ¿Por qué vivían en los bajos o porque los trasladan a otro sitio y se escapan…?

¿No sería más fácil regalar un calendario con gatos, un felino de escayola o de plástico? La técnica del gato vivo roza lo inaceptable para muchas personas, se utiliza al animal -aunque éste se supone que no sufre daños- y es tan estravagante y novedosa que consigue hacer el ruido publicitario que supongo que busca el banco.

Quizá en Rusia funcione, ¿pero te imaginas qué pasaría en España…? Unos encantados, otros flipando, y luego está el tercer grupo: aquellas personas con alergia o fobia que montarían un pollo tremendo por semejante allanamiento en contra de sus gustos.

Quien quiera tener gato que lo tenga, pero que no te lo cuelen en casa ni con la hipoteca bajo el brazo. ¿O es que será que así el banco demuestra que su préstamo no tiene gato encerrado? Noooo, claro que no, el gato está suelto y te lo meten en casa.