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Las hipotecas fijas ganan terreno por la cláusula suelo y el Euríbor bajo

Lo nunca visto

Lo nunca visto

Las hipotecas a tipo fijo ganan cuota de mercado a pasos agigantados. Mientras que hace un año apenas suponían el 10% del total, en mayo esta cifra se ha disparado hasta el casi el 57,3%, según la Asociación Hipotecaria Española. ¿Por qué un aumento tan brusco? ¿Son tan rentables las hipotecas a tipo fijo? ¿Merecen la pena?

Una de las causas es que la banca ha bajado los intereses de forma espectacular. En tanto que hace año y medio el interés fijo estaba en el 6%, ahora es fácil encontrar préstamos por debajo del 2%, como es el caso de Bankinter, Catalunya Caixa, Bankoa, Ibercaja y BBVA, entre otros.

Cuando preguntas a una entidad por sus hipotecas lo primero que te intentan vender es una a tipo fijo, te preguntan si te lo has planteado o no te dan más opciones.

Tiene ventajas, sobre todo para la banca. Es cierto que no tendrás sustos ni sorpresas porque lo que pagarás de hipoteca no dependerá de ningún índice variable como el IRPH o el Euríbor, ni de la cotización de ninguna moneda como en el caso de las hipotecas multidivisa.

Pero tampoco te beneficiarás de los tipos bajos que hay ahora y que habrá hasta al menos 5 años más. El Euríbor despidió junio en el -0,028% y se espera que siga en negativo como mínimo durante un año más. Precisamente los tipos de interés por los suelos son el principal retraso de la puesta en marcha del nuevo método de cálculo del Euríbor.

Se ha anunciado que empezará a probarse el próximo 1 de enero de 2017, si bien no será hasta el próximo verano cuando se empiece a aplicar a los préstamos hipotecarios. Eso si se respetan estos tiempos, que vienen retrasándose tres años para asegurar que el impacto en las cuotas será mínimo, porque pasar de repente de estar en negativo a cotizar en positivo es un cambio brusco que afectaría a nuestras hipotecas.

La mayor causa de que haya aumentado la contratación de hipotecas fijas es la cláusula suelo. Muchas entidades que aplican este límite mínimo de intereses en sus préstamos han llamado a sus clientes para ofrecerles cambiar el suelo por una hipoteca a interés fijo, con una cuota más barata, a cambio de que no denuncien en los tribunales ni pidan el dinero pagado de más durante años.

Las hipotecas a tipo fijo han mejorado sus condiciones, pero es verdad que aún tienen comisiones más altas que los préstamos en los que varía la cuota, una gran vinculación y menos tiempo para saldar la deuda. Si quieres tener un interés fijo por debajo del 2% debes devolver el dinero en 10 años. Para plazos superiores el interés aumenta. Por eso no interesa firmarlas si no vas a estar como mínimo 15-20 años pagando hipoteca.

La banca centra sus esfuerzos en el tipo fijo para compensar que el Euríbor en negativo le hace ganar menos dinero y que la cláusula suelo, antes o después, le hará perder beneficios y pagar indemnizaciones millonarias. Por eso ahora tienes tanta oferta y la guerra de precios se ha trasladado de las hipotecas variables a las fijas, algo insólito, nunca visto.

Con este artículo, como cada año, me despido hasta septiembre. ¡¡Buen verano!!

La banca recurre a las comisiones para paliar la bajada de diferenciales

Nadie da duros a cuatro pesetas

¿Quién da duros a cuatro pesetas?

Se dice que cuando Dios cierra una puerta abre una ventana… Los bancos son expertos en buscar soluciones: abrir esas ventanas cuando se les cierran algunas puertas para ganar dinero.

Mientras el Euríb0r estaba alto no importaba dar diferenciales bajos, cuentas sin comisiones, depósitos con jugosos intereses… Los bancos ganaban pasta porque cobraban pasta de las hipotecas. Los sueldos eran más altos, la economía más estable y próspera y prestar dinero era rentable.

Esto dejó de pasar y al prever que el Euríbor bajaría, la banca se sacó de la manga la cláusula suelo, para cobrar sí o sí una cantidad mínima de intereses (del 2,5% en adelante según la hipoteca), aunque el Euríbor sufriera más caídas que un bebé que se echa a andar.

Cuando la gente, promotoras, constructoras y empresas dejaron a deber cuotas y cuotas, los bancos pararon de dar hipotecas. Cuando el Banco de España les pidió tener fondos para evitar más quiebras y una nueva reestructuración bancaria por falta de pasta, cerraron aún más el grifo. Y ahora que han tenido que quitar el suelo muchos de ellos, están ansiosos por recuperar esas ganacias por otra parte.

Al ver que se quedaban en dique seco y con menos clientes, han reabierto el grifo con condiciones estrictas. Pero como están necesitados de fidelizar clientes, pues no paran de bajar los diferenciales de las hipotecas. Eso sí, como la Asociación Hipotecaria Española (patronal del sector) y ciertos bancos están asustados porque piensan que la guerra de diferenciales puede mermar sus beneficios, el grueso de la banca se ha liado a poner comisiones.

Es un viejo truco para linchar a todos poco a poco y al final conseguir mucho dinero. Las comisiones han reaparecido por todas partes: en las cuentas -aunque sean para domiciliar la nómina, que tradicionalmente eran gratuitas-, en las tarjetas y, cómo no, en las hipotecas.

Los préstamos con los diferenciales más bajos, esos de Euríbor + 1% que parecen tan atractivos, están forrados de comisiones. Por abrir la hipoteca entre un 0,5% y un 1% según el banco, lo que en una hipoteca de 100.000 € suponen entre 500 € y 1.000 € nada más estrenar la relación con la entidad.

Comisiones también por llevarse la hipoteca a otro banco (subrogación) o por cambiar las condiciones más adelante mediante un nuevo contrato (novación). Comisiones por amortizar anticipadamente o cancelar la hipoteca antes del plazo previsto. Comisiones por tener una cuenta, aunque sea la de la hipoteca, por sacar dinero en cajeros que antes eran afines, por no aportar a un plan de pensiones y por no atarte al banco exageradamente a base de contratar seguros y otros productos.

Comisiones hasta por respirar… Es el precio que nos cobran por quitar el suelo, bajar los diferenciales y repartir algo de crédito entre los clientes que consideran buenos pagadores. Al resto que les den morcilla y más comisiones.

Las cláusulas suelo, otra vez en tela de juicio

Esta demanda da una miajita de esperanza al suelo de las hipotecas

Esta demanda da una miajita de esperanza al suelo de las hipotecas

Los cimientos de las cláusulas suelo que los bancos han puesto a nuestras hipotecas vuelven a temblar bajo el mazo de una juez de Madrid.

Aceptando tramitar una demanda contra 45 entidades bancarias, esta mujer consigue que no perdamos la esperanza sobre la abolición de una práctica que durante el año pasado proporcionó a los bancos unos beneficios de entre 3.500 y 7.000 millones de euros.

Las cláusulas suelo, en su mayoría firmadas entre 2007 y 2008, cuando los bancos previeron que el Euríbor bajaría hasta mínimos históricos, como así ha sido, impiden que por mucho que baje el Euríbor, la cuota de la hipoteca no baja de un límite mínimo de intereses impuesto por el banco, que es lo que llamamos suelo.

Dependiendo del banco, el suelo suele estar entre el 3% y el 5%, es decir,  muy por encima de los intereses que pagan los de hipotecas sin esta cláusula. La demanda se pone porque, además de que esta cláusula recauda intereses de forma abusiva, hay una gran descompensación entre este suelo y el techo, que supuestamente es un seguro para nosotros contra la subida del Euríbor, pero que en la realidad no nos protege ni de la gripe porque para eso el Euríbor tendría que subir por encima del 12%, lo que a todas luces es casi imposible.

Esta demanda colectiva es la mayor de la Historia y ha sido presentada por la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros de España, más conocida de Adicae, en representación de 400 personas. Como sus teléfonos echan humo por las llamadas de más afectados, la juez se ha tirado el pisto dando dos meses de plazo para que se unan a la demanda nuevos afectados. De paso Adicae ha dicho que aumentará el número de bancos demandados, y eso que ya están casi todos en el lote.

Si al final se une más gente, la repercusión sería aún mayor y las indemnizaciones de cifras más indecentes que celebrar San Valentín en un convento. El Banco de España calcula que una de cada tres hipotecas tiene cláusula suelo; en total, casi 4 millones de préstamos. Tanto él como los políticos justifican y consienten que esto ocurra para proteger los intereses de los bancos: los que tienen y los que nos cobran. 

No es la primera vez que el lobo de la Justicia amaga con derribar el chiringuito clausulero de los bancos, pues en Sevilla, en octubre del año pasado, un juez declaró estas cláusulas nulas, por abusivas, si bien los bancos demandados han reclamado y aún no hay una sentencia firme.

Una cosa es que sean legales y las hayamos firmado, a veces sin saberlo -culpa nuestra y del banco que no nos informó debidamente- y otra cosa muy distinta es que no deberían existir ni ser legales. Mientras hay vida hay esperanza, pero seguro que si anulan estas cláusulas, los bancos nos salen con otra mandanga.

Los bancos nos ajustan la cuentas con la hipoteca

Los bancos se han creído que somos una naranja mecánica que exprimir a todas horas

Los bancos se han creído que somos una naranja mecánica que exprimir a todas horas

Los resultados de los bancos durante los tres primeros trimestres del año, no son los que esperaban.

¿Y qué hacen? ¡¡Subirnos las comisiones!! Para maquillar y mejorar sus resultados, y no pasarlas tan canutas en 2011, el Banco de España confirma que la banca sube las comisiones por apertura de hipotecas y por el mantenimiento de cuentas y tarjetas.

Es muy fuerte que lo hagan, no porque tengan pérdidas, nooooo, sino ¡¡porque están viendo que no van a tener tantas ganancias como el año pasado!!

¿Ah? ¿Y nosotros sí? ¿Nosotros ganamos más dinero, si muchas empresas no te suben ni el IPC en la nómina? ¿O es que acaso sus servicios se han incrementado o mejorado tanto como para que se justifique una subida en las comisiones? ¡¡Tampoco!!

Es más de lo mismo. Después de que hayan percibido 30.000 millones de euros de los que aportamos como contribuyentes para que no se vayan a la deriva, ahora van y nos facturan su salida de la crisis una vez más.

Olvidémonos de las hipotecas con un diferencial por debajo del 1%, que es lo que están poniendo ahora como mínimo, y de las hipotecas sin cláusula suelo, por las que, no obstante, debemos seguir peleando.

Olvidémenos también de las comisiones de apertura inexistentes o razonables, que ahora suben del 2,68% (media de 2009) al 2,72%, lo que supone que tenemos que pagar de media unos 600 euros.

Nos ajustan los cinturones en vez ajustar ellos su margen. No se dan cuenta de que las medias naranjas, incluso las naranjas completas, cuanto más se exprimen menos zumo tienen. Es como la pesca del atún rojo, que está regulada por algo, porque no se puede pescar y pescar sin dar tiempo a reponer, y los bancos son incansables en la pesca de nuestros ahorros, pero no nos dan tiempo de reponernos anímicamente de sus palazos ni de reponer la pasta con la nómina, el que la tenga.

A ellos sí que habría que ajustarles las cuentas con leyes estrictas en la regulación de las porquerías de cláusulas y otras movidas que nos obligan a firmar. No te ponen una pistola en la sien, hacen algo peor: te dicen que no te conceden el préstamo y te quedas sin casa. A veces hay algo peor que morir, que es vivir sufriendo.

Los pozos sin fondo también tocan techo y las gallinas de los huevos de oro se quedan tan anoréxicas como las chavalas de la pasarela Cibeles. Pero, ahora, mientras se cuente con la connivencia del Banco de España, la vista gorda de los políticos y el silencio de los ciudadanos afectados, podrán seguir exprimiéndonos, explotándonos, sangrándonos y ajustando nuestras cinturas sin que nadie les meta en cintura a ellos.

Hoy por hoy, una entidad que te cobre lo mínimo o que no te cobre es como una botella de agua fresca en el desierto: o no la ves o, si la ves, es un espejismo.