Ayuda a una familia a pagar su hipoteca

Ya no se pide pa' comer sino pa' pagar la hipoteca

Ya no se pide pa' comer sino pa' pagar la hipoteca

¿Se te han hinchado los güitos de pasarlas canutas para pagar la hipoteca? ¿Temes volverte moroso y que el banco te quite el piso?

Que sepas que, a partir de ahora, aparte de llamar a alguna onegé o a los de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) para que la líen parda impidiendo que te echen del piso, puedes recurrir al crowdfunding. ¿Lo qué? A esperar por el morro que la gente te dé dinero para salvar tu casa.

Eso del crowdfunding es una palabra inglesa que significa financiación colectiva y, aunque se lleva haciendo la torta de tiempo para diferentes cosas, cada vez está más de moda.

Si Lola Flores le echó morro cuando Hacienda le puso una multa de 40 millones de pesetas y dijo que si cada español le diera una pela lo tenía solucionao con el Fisco, tú también puedes echarle jeta y pedirle a la peña que te ayude a pagar la hipoteca.

La unión hace la fuerza y, si esta fórmula ha funcionado para recaudar pasta con la que grabar desde discos hasta documentales, pagarse tratamientos médicos o lanzar videojuegos, por qué no se va a usar para algo tan necesario como pagar la hipoteca y algo tan noble como ayudar a una familia a que no pierda su casa.

Cuatro de cada 10 familias han dejado de pagar la hipoteca, debiendo al banco como mínimo 3 cuotas, así que el último grito en solidaridad ya no es apadrinar niños en el Tercer o perros sin hogar, que también necesitan tu ayuda, sino familias con apuros para cumplir con el banco. Para ello dos tipos han creado la web Doafund, a través de la que ya han recaudado 5.795 €, pagando la cuota hipotecaria a 16 familias.

Piénsalo bien: si cada español te diera un céntimo, seguro que no sólo te pagabas el piso sin problemas sino que mandabas a los críos a estudiar a Harvard y luego a Oxford y con lo que te sobrara te dabas un garbeo por las Bahamas y otro por Honolulu.

Dado que los políticos están más interesados en gobernar para sus intereses y los de empresarios y bancos, nosotros debemos preocuparnos por nosotros pispos, porque si esperamos a que lo hagan ellos, nos van a salir canas hasta en la calavera.

No obstante, esto no quita para que sigamos dando la vara pidiendo un mejor sistema hipotecario. Estas iniciativas buenrollistas y solidarias son útiles pero apenas un mero parche al final de todo el problema cuando lo interesante y necesario sería atajarlo de raíz, cambiando la Ley para que nadie se endeude por encima de sus posibilidades y para que los pisos valgan de acuerdo a lo que ganamos o para que ganemos de acuerdo a lo que valen los pisos.