La transformación de las hipotecas en el último año

Toma cambio de look

Toma cambio de look

Desde que la crisis congeló la contratación de hipotecas porque los bancos endurecieron las condiciones y no la daban prestao a casi nadie, no se había vuelto a ver una hipoteca decente hasta que Bankinter rompió el hielo y el silencio de buenas ofertas.

Lo hizo con su Hipotica a Euríbor + 1,95%, que irónicamente llamaron así porque decían que no recordaban cómo se escribía la palabra, tras tanto tiempo de sequía hipotecaria.

Desde entonces, Santander, ING, Uno-e, Caja de Ingenieros, BBVA, Abanca, Kutxabank y otras entidades han entrado en una carrera, frenética algunos meses, en la que se pusieron a ver quién daba el diferencial más bajo y las mejores condiciones, dentro de que tampoco hay ninguna hipoteca chollo. Esto sirvió para que los diferenciales pasaran del 2% al 1%, e incluso por debajo.

La transformación de las hipotecas a interés variable se ha dado sobre todo en este último año, que es el de la reactivación del mercado inmobiliario y también el de la firma de hipotecas, que por fin, dicen los notarios, que vuelven a circular por sus despachos.

Casi un tercio de las hipotecas variables son por menos de Euríbor + 1%; el 60% cuentan con un diferencial entre el 1% y el 1,5% y apenas un 10% por encima de esta cifra, que queda fuera de mercado porque no merece la pena frente a otras ofertas.

Esto es lo que ponen las entidades en letras grandes en sus escaparates. La realidad es que los préstamos se encarecen mucho con la vinculación: domiliciar nómina y recibos y contratar seguros, depósitos o tarjetas a cambio de reducir el diferencial.

También podemos ver algunas que no piden más de 600 € de ingresos, como la Hipoteca Mari Carmen de Abanca, a Euríbor + 1,25%, o que te aceptan la casa como único pago si dejas de afrontar la hipoteca, o sea una dación en pago en toda regla, que permite Bankinter en su Hipoteca Sin Más a Euríbor + 1,20%.

Los bancos han aumentado las comisiones en general (estudio, apertura, amortización, subrogación, cancelación…) para paliar un Euríbor históricamente bajo (ahora ya en negativo), aunque hay entidades como ING que no las cobra.

También han irrumpido con fuerzas las hipotecas a tipo mixto y a tipo fijo. Las primeras ofrecen un interés fijo durante los 10 primeros años (aproximadamente) y a Euríbor + diferencial durante el resto del tiempo. Las segundas han entrado con mucho ímpetu y ya suponen el 40% de los préstamos que se firmaron en febrero.

Interesan porque el Euríbor subirá y, en cuanto pase del 1%, será atractivo no depender de las subidas ni vaivenes de un índice que cambiará su forma de calcularse al año que viene, y que los bancos podrán seguir manipulando de forma legal, al establecer a cuánto dinero se prestarán el dinero entre sí.