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Varios jueces paran sentencias del IRPH esperando la opinión europea

Es cuestión de tiempo…

¿Has demandado al banco por el IRPH? ¿O planeas hacerlo pero no te atreves por la sentencia que emitió el Tribunal Supremo? A pesar de todo, no lo tienes todo perdido.

Ya vimos hace dos meses que algunos jueces estaban fallando a favor de los clientes, pese a que el Tribunal Supremo dijera en diciembre que el Índice de Referencia de Préstamos Hipotecarios (IRPH) no es nulo ni abusivo porque no veía falta de transparencia.

Es así como lo miden todo: si el banco lo incluyó de forma transparente o no es la clave, igual que si hubo o no desventaja clara para el cliente, como en este caso la hay porque los 1,3 millones de afectados que hay se calcula que hay estáis pagando una media de 1.200 euros más al año que si tuviérais el Euríbor, en negativo desde febrero de 2016 y con progresión baja al menos un año y medio más.

No hay que perder la esperanza. Como ya dije a principios de año, no estaba todo perdido, siempre queda el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que es quien al final está poniendo las cosas en su sitio en España en torno a los abusos bancarios, como ya ha pasado con la cláusula suelo, la de vencimiento anticipado y los desahucios, entre otros.

Para que obre el milagro hay que elevar una cuestión prejudicial, que es preguntarle qué opina sobre el tema, algo que ya hizo un juez de Barcelona el pasado mes de febrero. La respuesta es vinculante para España, o sea que los jueces españoles deben hacer lo que diga este tribunal, que está por encima del Tribunal Supremo, mucho más conservador y tacaño al reconocer y castigar las tropelías de la banca.

Aunque la opinión del tribunal europeo se puede demorar hasta año y medio, para finales del año que viene, no pierdas la esperanza de ganar el caso y que te quiten ese lastre que te está haciendo pagar dinero de más.

Se puede demostrar que las cajas y bancos podían manipularlo a su antojo porque se calcula con los datos que dan ellos mismos sobre los intereses a los que conceden las hipotecas, intereses que pueden subir o bajar para modificar el IRPH según les convenga.

Da igual lo que haya dicho el Supremo el año pasado. Ahora la pelota está en el tejado del tribunal europeo y, por eso, algunos jueces de Madrid y Barcelona han paralizado sentencias. No quieren emitirlas para no entrar en conflicto con lo que se diga después en Europea y no perjudicar a los clientes.

Esto quiere decir que ven posibilidades de que este organismo opine contra el IRPH y, por qué no, fomente la devolución del dinero. Paran los casos y no emiten sentencias porque si un juez español emite un fallo negativo y luego en Europa la opinión es positiva el cliente podría verse perjudicado al estar ante situaciones contradictorias.

Me alegro de que estos jueces españoles sean tan conservadores y sensatos y, al igual que la asociación de consumidores Asufin, espero que más jueces (¡¡todos!!), dejen las sentencias y los casos en stand by, a la espera de ver qué opina el Tribunal Europeo, que ojalá sea favorable a los clientes.

Demanda contra Bankinter por atarnos con ‘clips’

A los bancos les pirra engancharnos con todo tipo de colores y formas

A los bancos les pirra engancharnos con todo tipo de colores y formas

Como si esto fuera una trilogía de las que enganchan y luego te venden en pack, para completar las sentencias contra las cláusulas abusivas y los swap, la noticia de hoy va sobre clips bancarios. ¡¡Y más quisiéramos que fueran como los que usamos en la oficina para sujetar los papeles!! Pero no…

Los clips se comercializaron en 2007 y 2008 (ya en plena crisis) como un seguro que supuestamente nos protegía de la subida de los tipos de interés.

Digo supuestamente porque la gaita está en que, si los tipos en vez de subir, bajan -como ha sido el caso-, somos los clientes los que tenemos que devolverle al banco la cantidad entre los tipos de interés y el mínimo pactado en el contrato de la hipoteca. Vamos, que los clips son como los swaps, pero con un nombre que suena menos feo.

Después de las recientes sentencias de Sevilla (contra las cláusulas suelo, por abusivas) y los Barcelona (contra los swap de las narices), una juez del Juzgado de Primer Instancia número 1 de Madrid ha aceptado tramitar una demanda que 41 clientes insatisfechos y cansados de tanto abuso han presentado contra Bankinter, por ponerle clips en las hipotecas.

Valientes y cabreados, reclaman a la entidad 431.945 euros más los intereses por el dinero liquidado por Bankinter y por la anulación de los contratos. La juez ha dado al banco 20 días para explicar este desaguisado.

El pecado está en lo de siempre: que no nos fijamos lo suficientemente bien en lo que firmamos, que no preguntamos, que no tenemos ni idea de qué entraña firmar esa hipoteca que nos ponen delante y que los bancos tampoco dicen ni pío al respecto, lo cual es ilegal y de lo que también se acusa a los susodichos en esta demanda.

Más nos valdría ser un poco más friquis de los contratos que nos dan a firmar los bancos para pilotar más de la trilogía de los clips, los swaps y las cláusulas suelo, a cada cual peor para nuestros intereses y genial para los intereses de los bancos.

Estoy por inventar un nuevo deporte de contacto, que seguro tendría mogollón de éxito: el zurring banking. Lo puede practicar cualquiera y alcanza su máximo apogeo cuando el de la sucursal de toda la vida o en la número 20 que entras pidiendo hipoteca te dice que no eres lo suficiente bueno para ellos, a no ser que firmes que el diablo te puede cortar en pedacitos y luego venderlos en El Rastro o Las Ramblas. Mola, ¿eh?

Nuevo golpe contra las cláusulas abusivas de las hipotecas

Para dar un mazazo a las cláusulas bancarias, hay que estar a Dios rogando y con el mazo dando

Para dar un mazazo a las cláusulas bancarias, hay que estar a Dios rogando y con el mazo dando

Con cada nueva sentencia contra las cláusulas abusivas, ahora contra los swap, cada día aumentan mis esperanzas de que acaben siguiendo el mismo ciclo reproductivo de las cucharachas del anuncio, que nacen, crecen, se reproducen y… ¡¡Por fin mueren!!

Gracias a las demandas de clientes valientes y cansados de tanto abuso, de las asociaciones que presentan demandas colectivas, de los jueces que entran en razón y de los medios que se hacen eco de sus sentencias, cada día nos enteramos de un nuevo golpe contra los abusos bancarios.

El nuevo, y por ahora el último, se ha dado en el Juzgado de Primera Instancia número 24 de Barcelona, donde un juez ha dictaminado que un cliente tiene razón frente al Banco Popular, que le impuso un swap en el contrato de la hipoteca.

Los swap son muy feos y no solo por su nombre. Los bancos los venden como seguros que nos cubren ante la subida de los tipos de interés, cuando ni siquiera tenemos claro que los estamos firmando. De ahí que este juez en Barcelona no tenga dudas que el consentimiento del cliente estaba “viciado por falta de información”. Vamos, que firmó sin enterarse de la misa a la media, como hacemos todos.

No debería ser así, pero por vergüenza, prisa o dejadez no preguntamos lo suficiente, de lo que se aprovechan los bancos, no explicándonos lo suficiente tampoco.

El juez también ha ordenado de que se le devuelva todo el dinero cobrado injustamente, tras haber llegado a la conclusión de que este seguro se firmó por un año y no por toda la vida de la hipoteca, y de que, atención, el director de la sucursal, sacaba tajada mediante una bonificación.

Aunque es la primera sentencia en la capital catalana, no lo es en España, pero sí es especialmente significativa porque, tras la de Sevilla contra las cláusulas suelo -declaradas nulas por abusivas-, las sentencias están floreciendo más que los turrones en los estantes de los supermercados.

Es bueno que cada vez haya más y más denuncias, con más y más sentencias a nuestro favor y en contra de los bancos, que solo saben abusar, quejarse y desaparecer cuando las cosas se ponen feas, aunque las hayan provocado ellos.

Esperemos que empiece a cundir el ejemplo, que otros jueces se contagien y que cada vez se dictaminen más fallos con acierto. Así habría suficiente base legal para que llegue un día en que un juez no dude a la hora de dictar sentencia, porque ya se hayan anulado tantas veces las cláusulas que incluso los bancos dejen de usarlas.