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Hipotecas mixtas, otra solución de la banca para compensar el Euríbor bajo

Que esté de moda no significa que sea bueno

Que esté de moda no significa que sea bueno

Las hipotecas mixtas han cobrado protagonismo, pasando de ser algo residual, prácticamente inexistente, a formar parte de la oferta de muchas entidades, como Kutxabank, Bankinter, ING, Santander y Liberbank, entre otras. ¿Merecen la pena? ¿Son un chollo o pierdes dinero?

Todo depende del plazo, tanto a cuanto a tiempo pongas la hipoteca inicialmente como cuántos años estés pagando finalmente. Porque no es lo mismo firmar a 20 años y liquidar la deuda en 10, que firmar a 30 y saldar en 25. Depende de si podrás o querrás amortizar hipoteca o si dejarás que pasen los años (desaconsejable porque pagarás más intereses que amortizando plazo).

Además, cuanto mayor es el plazo mayores son los intereses. Pagas más si la hipoteca es a 20 años que a 15, y más a 15 que a 10. Entonces aquí entra en juego cuánto dinero pides. Debes calcular cuánto puedes pagar con tus ingresos actuales, y cuánto si uno o los dos os quedárais en el paro o sin ingresos. También a cuánto subiría la cuota si el Euríbor volviera a máximos; hasta ahora la cifra más alta la marcó en julio de 2008 con 5,393%, aunque es complicado que vuelva ahí durante los próximos años.

En función de todo esto luego debes plantearte qué supone un préstamo a tipo mixto, que se caracteriza por tener un interés fijo los primero 10,15 ó 20 años y variable el resto del tiempo. Sabiendo que el Euríbor está actualmente en terreno negativo y que no se prevén subidas durante este año, sino que más bien al que viene o al otro, y que cuando suba lo hará lentamente, en un principio no interesa tener interés fijo.

Para que compense tener ahora un fijo del 2% hace falta que el Euríbor supere el 1% durante más años de los que ha estado por debajo mientras tienes la hipoteca. No hay bola de cristal, pero a priori no parece rentable un interés fijo durante al menos los próximos 10-15 años. La vinculación (seguros, tarjetas, nómina, etc.) son iguales o mayores que las de hipotecas a interés variable e iguales o menores que a tipo fijo, según la oferta y política de cada entidad.

Las hipotecas mixtas son una buena opción para la banca, que durante un periodo largo de tiempo se asegura ingresos estables independientemente de cómo esté el Euríbor. Es cierto que al cliente le da la tranquilidad de saber siempre cuál será su cuota, sin subidas ni bajadas según este indicador, pero también es cierto que te puede hacer pagar más, así que la verdadera tranquilidad es para el banco.

Siempre hay que pensar que cuando los bancos comercializan productos es porque les interesan y les salen rentables. Siempre. Porque necesitan ganar dinero y buscan la forma con intereses fijos, comisiones o lo que sea. Luego lo que tienes que ver es que a ti también te interese, sin dejarte guiar por lo primero que te metan por los ojos, que obviamente ahora para ellos es el interés fijo.

Pero piensa que la banca hace estudios y previsiones, o sea que si lanza a tutiplén hipotecas fijas y mixtas al 2% o por debajo es porque prevé un Euríbor ridículo durante un tiempo muy largo. Si no, le compensaría mucho más Euríbor + diferencial (en torno a 1% es el más competitivo ahora), dado que en cuanto el Euríbor se pusiera por encima del 1% estaría ganando más dinero durante más años. Moraleja: salvo casos contados, las mejores hipotecas, sobre todo a corto plazo, son a interés variable, porque te permiten pagar menos gracias a este Euríbor históricamente bajo.

La guerra de las hipotecas se traslada al tipo fijo

Los bancos tiran los tiros por otro lado

La banca tira los tiros por otro lado

El año pasado fue el de la verdadera reactivación del mercado de la vivienda y, con ella, la del mercado hipotecario, que ha resucitado tras unos años en coma por la crisis y por la resaca de hipotecas demasiado arriesgadas tanto para el banco como para los clientes.

Desde que se abrió el grifo del crédito hace ya dos años y medio, algunos bancos han estado compitiendo por captar clientes solventes, con buen perfil laboral y económico, a base de bajar los diferenciales y mejorar las condiciones de sus nuevas hipotecas a interés variable.

El resultado es que un tercio de la oferta actual está por debajo de Euríbor + 1%, aunque en la mayoría de los casos la vinculación (seguros, tarjetas, etc.) que imponen para conseguirla sube el gasto de la hipoteca muy por encima de ese Euríbor + 1%.

Mientras que se pensaba que las hipotecas llegarían este año a Euríbor + 0,75%, algo que todavía no hay que descartar, se nota cómo el mercado de los préstamos a interés variable (el utilizado hasta ahora en más del 90% de los casos) se ha paralizado en favor del tipo fijo.

La banca casi ha congelado su oferta variable para mirar hacia otro lado: las hipotecas a tipo fijo, que hasta hace poco eran menos del 10% del total  porque sus intereses (a veces hasta del 5% o 7%) hacían que no compensaran ni fueran atractivas para los nuevos clientes.

En cambio ahora están tan bajas que ver un préstamo a interés fijo por debajo del 2% es algo normal. Sabadell acaba de romper el mercado entrando con una hipoteca al 1,75%, un mercado donde ya estaba Bankinter con 1,80% a 10 años, como antiguo rey del interés más bajo.

Ahora interesa firmar a tipo fijo si es para pocos años, ya que el Euríbor está en negativo, pero en unos años subirá y, con diferenciales de como mínimo el 1%, en cuanto se ponga en el 1% o más ya estarán pagando más los de interés variable que los del fijo. La hipoteca se firma para muchos años, aunque en el caso del interés fijo cuanto mayor es el plazo, mayor es el interés y entonces menos compensa.

Este tipo de hipotecas se han puesto de moda y es donde los bancos vuelcan sus esfuerzos, para compensar las menores ganancias que les deja precisamente ese Euríbor tan bajo y la cancelación de antiguas hipotecas. De ahí que el 41% de los préstamos firmados en febrero de este año hayan sido a tipo fijo.

Otras ventajas de estos préstamos es que no hay revisiones: siempre sabrás qué cuota vas a pagar, sin sustos ni sobresaltos. En contrapartida, suelen acarrear mayores comisiones, menor cantidad prestada (no todas llegan al 80% del valor de tasación) y plazos más cortos para devolver el dinero. La vinculación tiende a ser la misma. Interesan según el caso de cada cliente.