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Cómo te cambia la vida la hipoteca

En todo cambio hay un antes y un después

En todo cambio hay un antes y un después

La hipoteca te cambia la vida desde que empiezas a buscarla, cuando te tienes que empapar de veinte mil conocimientos nuevos si quieres entender el inmenso compromiso que vas a adquirir con el banco durante décadas.

Cambian tus costumbres de gasto, ya que vas a destinar una parte de tus ingresos a saldar una deuda mes a mes y si no pagas, al tercer mes ejecutan la hipoteca e inician al proceso de embargo.

Para evitar sustos, antes de hipotecarte calcula que lo máximo que podrías pagar (el diferencial más un Euríbor del 5% por ejemplo), incluyendo otras deudas si las tienes, no supere un tercio de lo que ganáis en casa. Después de hipotecarte lo mejor es cambiar la fecha de pago a primeros de mes.

Por defecto, el banco te pasará el recibo mensual el mismo día de la compra de la casa. ¿Pero qué pasa si compraste el 28? Que cuesta más organizarse para tener tanto dinero a fin de mes. Si pagas a primeros o cuando tú ya sepas que has cobrado, siempre habrá dinero suficiente en la cuenta para la cuota y con el resto te organizas y pasas el mes.

La hipoteca te hará estar pendiente del Euríbor, si es que no tienes cláusula suelo, ni IRPH, ni multidivisa. ¿Sube? ¿Baja? ¿Estará en negativo más tiempo? ¿Con cuál me toca revisión esta vez? Para mantenerte al día, cada mes publicamos un artículo con el cierre del Euríbor y las consecuencias sobre las diferentes hipotecas.

Si te compras una casa estás más atado a un lugar. Ya no tienes esa facilidad para moverte como cuando estás de alquiler. La hipoteca casi obliga a echar raíces, a no ser que alquiles la vivienda hipotecada, con el alquiler pagues el préstamo y destines el tercio de los ingresos a vivir de alquiler en otro sitio, o pagar una nueva hipoteca, si es que tienes un perfil tan bueno que el banco se arriesga a dártela teniendo ya otro préstamo.

Cuando te hipotecas, adquieres más compromiso, tanto por la hipoteca como por los productos que te atarán al banco durante un tiempo muuuuy largo. Te vuelves responsable con el gasto, valoras el esfuerzo que haces para pagar algo que quieres, ya no dejas un trabajo así como así… Y ganas en constancia, capacidad analítica y planificación. Aunque dé gasto y quebraderos de cabeza, también aporta orden a tu vida.

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¿Es mas fácil endeudarse ahora que antes?

Esto aún sigue lejos del alcance de muchos

Esto aún sigue lejos del alcance de mucha gente

Según el Colegio de Registradores, la situación actual es más propicia para firmar una hipoteca de lo que lo era hace unos años. Si bien estamos al mismo nivel de hipotecas que en 2003, estamos muy lejos de igualar o siquiera acercarnos a las cifras del boom inmobiliario, entre 2004 y 2009.

Y mejor, porque fueron años locos de préstamos que se volvieron caros por la subida del Euríbor. Un tercio llevaban cláusula suelo, tienen plazos muy largos (o sea más intereses a pagar) y en algunos casos llegaron al 100% o 110% del precio de la vivienda. Por lo menos tenían menos vinculación y comisiones que las ofertas actuales.

La gente que vive  bien ahora es la que tiene una hipoteca de aquéllas con un sueldo de los de entonces, aunque el piso ya no valga lo que se está pagando por él, dada la devaluación (de media un 30%) del precio de la vivienda. Se pueden desgravar la hipoteca en la Renta todos los años y, si no tienen suelo, están pagando las cuotas más bajas de toda su vida presente, pasada y futura.

Precisamente por esa caída en el precio de los pisos dicen que es más fácil que antes endeudarse para comprar un piso. También, dicen los Registradores, porque ha habido una ligera subida de los sueldos, un mayor aporte de ahorros, un alargamiento en el plazo de pago (de media más de 20 años en liquidar la hipoteca), mayor disposición de los bancos a prestar dinero y mejores ofertas con diferenciales más bajos e incluso hipotecas a tipo fijo en el 2%, algo nunca visto que ha supuesto que uno de cada diez préstamos que se firma es a interés fijo. Algo histórico.

No digo que esto no sea así para determinado tipo de gente. Los que mantienen el trabajo en condiciones de las de antes, incluidos los sueldos, porque ahora con menos de 2.000 -2.500 € al mes por familia la mayoría no te presta ni un céntimo. Los que tienen dinero ahorrado, como mínimo un 20-30% del valor del piso. Los que nunca han tenido problemas de pago y no parece que vayan a tenerlos.

Estos son a los que los bancos les ponen ojitos. Pero no podemos generalizar y decir que ahora es más fácil hipotecarse que antes, porque la vivienda en propiedad no está al alcance de todo el mundo. Quedan fuera los jóvenes, que son los principales formadores de hogar y demandantes de pisos.

También quedan excluidas muchas familias mileuristas o monoparentales que con un sueldo o dos no tienen para hipotecarse, y tampoco están los azotados laboral y económicamente por la crisis. O sea que maticemos: es más fácil endeudarse para los que realmente pueden, para los que necesitan ayuda no la hay, porque por no haber ya no hay casi ni hipotecas para jóvenes.

Una cosa es ser prudente en la concesión de préstamos y otra obsesionarse con el perfil y dejar fuera a la mayoría de la gente. Así los bancos no lograrán su tan ansiada cartera grande de clientes, por lo que supongo que se liarán a cobrar comisiones a unos para paliar el impago de otros.

Sí, quiero (hipotecarme contigo)

Rato, Botín y sus colegas decidiendo si te conceden hipoteca para la casa de tus sueños o si te los rompen en mil pedazos

Rato, Botín y sus hadas colegas decidiendo si te otorgan hipoteca para la casa de tus sueños o si te los rompen en mil pedazos

Todavía con resaca de San Ballantine’s, más por el machaqueo comercial de la fecha que por otra cosa, afrontamos el ecuador de la semana laboral con un reciente espionaje: por primera vez en dos años y medio crece el número de hipotecas concedidas por entidades financieras.

¡Ah, sí! ¿En serio? Y yo que pensaba que Mecano se volvería a juntar (para dejarnos tirados tras el recopilatorio, como siempre) y que la NASA llegaría a Marte antes de escuchar esta noticia… Ah, no, quita, si la NASA también ha reducido sus Avatares por la crisis. El nuevo eslogan de Obama es a los marcianitos se juega en casa y no en la NASA.

Al terminar el pasado mes de noviembre, se dice que se habían concedido la jartá de 52.043 préstamos hipotecarios otorgados por bancos y cajas. Y nótese que digo otorgados porque una hipoteca ya no es una concesión sino un don del que sólo disfrutan unos pocos elegidos.

La cifra es presuntamente buena. Y nótese que digo presunta porque la hipoteca ya no es segura sino presunta y supuesta mientras el embargo no demuestre lo contrario.

Por eso y por todo lo que nos acontece hipotecariamente en esta crisis, perdón quiero decir recesión (por si hay algún tiburón que me está leyendo y se le reseca la gomina), es más indecente que de costumbre toparse de bruces con que Kaká se compra una vivienda de más de 7 millones de euros.

Partiendo de la base de que el periodismo deportivo siempre me ha parecido prensa rosa para hombres, ¿qué nos importa ande viven este chorvo y sus congéneres? Además, para mayor recochineo te dicen que le ha costado 7,2 millones de euros, cuando la mayoría de gente tiene un sueldo con el que sólo puede aspirar a comprarse 7,2 millones de kakas.

O sea que bendito tú eres entre todos los pringados si el año pasado te dieron una hipoteca, porque los avistamientos de créditos son más inusuales que los de neuronas en La Moncloa. Yo por más que cierro los ojos todas las noches y me pongo tierna y soñadora, el príncipe que beso me sale rana, la carroza me da calabazas y la visitas al banco nunca se convierte en hipoteca.

Si a ti te la dieron, enhorabuena, estás entre el 1,8% más de personas que pudieron casarse con un chupasangre con respecto a noviembre de 2008. Si no fue tu caso, no desesperes, hay múltiples maneras de conseguirlo:

- Compra cajas de cereales, reúne las etiquetas y mándalas al país de nunca jamás

- Vente a vivir a España: ganarás una pensión para nunca y un sueldo para toda la vida

- Cásate con Kaká o sus congérenes, los pelotazos en la bragueta a veces funcionan

Si nada de esto funciona, ajo… Y agua… Y lo que sigue.

Nunca entenderé cómo en esta sociedad que nos está tocando sufrir la tortilla se ha dado la vuelta de tal manera que estamos inmensamente agradecidos al banco que nos da una hipoteca en lugar de estarnos inmensamente agradecido el banco a nosotros por darle miles de euros en intereses, fidelidad absoluta mientras dure el crédito, la nómina, los recibos, los seguros y las noches en vela pensando en ellos. Suena precioso pero al loquero de mi barrio le ha dado por llamar a esto el Síndrome de Estoeselcolmo.

Juegan con la necesidad de las personas y mi mamá me enseñó que eso siempre está feo. Pero ya es harina de otro costal, así que cada palo que aguante su candelabro. ¿O era candelero? Nunca recuerdo bien lo que dijo Sofía Magazapos.