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¿Qué es una oficina de intermediación hipotecaria?

¡¡Aprovecha que es ayuda especializada y gratuita!!

Si no puedes pagar tu hipoteca… Crees que no la podrás pagar dentro de un tiempo… O ya has dejado de pagarla, te interesa mucho todo lo siguiente, porque te vendrá genial contar con ayuda gratuita para no perder la casa.

Puedes conservarla gracias a una Oficina de Intermediación Hipotecaria. Vas, cuentas tu caso, estudian tu perfil económico para comprobar que de verdad no puedes pagar y te dan soluciones para salir adelante evitando que pierdas la casa por no pagar la hipoteca.

Sus mediadores estudian a fondo tu caso y le proponen a tu banco un acuerdo asumible para que no ejecute la hipoteca y te quite la casa. Hasta ahora, en el 60% de los casos han llegado a un acuerdo, según el Consejo General de la Abogacía Española.

Estos acuerdos consisten en que el banco te deje estar un tiempo sin pagar o pagando sólo los intereses, que es lo que se llama un periodo de carencia, hasta que tu situación económica mejora. O bien acepta una dación en pago, que entregues la casa a cambio de cancelar la deuda, y luego te quedes viviendo en el piso pagando un alquiler social, o sea una cantidad muy baja que sí puedas asumir.

Si fuera imposible y pierdes la vivienda, te consiguen otra donde vivir, no te quedas en la calle, aunque lo priotario siempre será encontrar la forma de que pagues y conserves la casa. Además de a ti, les interesa económicamente ya que una intermediación cuesta 300 € (que tú nunca pagarás), mientras que una ejecución hipotecaria se vas hasta los 7.000 €.

Para que te atiendan gratis en la oficina de intermediación hipotecaria tienes que tener dificultades reales para pagar la hipoteca, haberla dejado ya de pagar o estar en pleno proceso de ejecución hipotecaria. Además la casa debe estar en el mismo municipio que la oficina, ser la vivienda habitual y la única que tengáis. Consulta en este mapa si tienes alguna cerca.

Como ves, son los colegios de abogados de cada provincia, que te pondrán en contacto gratuitamente con la oficina que te corresponda y cuyas direcciones también puedes consultar en este listado de oficinas de intermediación hipotecaria.

Se empezaron a crear cuando, tras la brutal subida del Euríbor al 5,393% en julio de 2008 y con el paro que campaba a sus anchas, mucha gente se vio con al agua al cuello y no pudo pagar su hipoteca. En aquellos primeros y duros años de la crisis aumentó muchísimo el número de desahucios, parecía que en la tele no se hablaba de otra cosa.

El pionero para atajar el problema fue el Ayuntamiento de Terrassa (Barcelona), que acordó con el Colegio de Abogados de la localidad la creación de una oficina de intermediación hipotecaria que pudiera, como su propio nombre indica, mediar entre los bancos y las personas que no podían pagar sus hipotecas.

El ejemplo cundió y este tipo de oficinas se extendió como los champiñones en otros lugares de España con el mismo problema. Gracias a ellas se ha evitado que muchísima gente pierda su casa. A día de hoy siguen funcionando y puedes recurrir a la de tu localidad siempre que cumplas los requisitos que ya he mencionado.

Nadie quiere estar en esta situación, pero siempre es bueno saber que si te pasa tienes a quién recurrir para que hable gratis con el banco y en su mismo idioma, lo importante es llegar a un acuerdo y que no pierdas la vivienda.

La banca no quiere dar hipotecas para alquilar pisos

Otra vez el balón en el centro del campo

Otra vez el balón en el centro del campo

Los bancos no están por la labor de dar hipotecas a los jóvenes para que se alquilen un piso, ni tampoco quieren conceder préstamos, ya sea a ellos o a personas de más edad, para que compren una casa por partes mientras pagan un alquiler por el resto del piso en el que viven.

Estas fórmulas, de las que hablé hace poco y que funcionan desde hace treinta años en Reino Unido, Holanda y otros países del norte de Europa, de momento no tienen cabida en España porque los bancos las ven demasiado arriesgadas y con un mercado del alquiler mucho menos maduro que el de compra.

Se sugirió que se implantaran en Cataluña, de hecho parece que se iban a aprobar en el Parlamento, y también Sociedad de Tasación lo lanzó como propuesta para solucionar los problemas de los jóvenes para acceder a la vivienda.

Pero la banca ya se ha apresurado a responder que la juventud deberá quedarse en casa de sus padres, compartir piso, irse de alquiler, aventurarse en el extranjero o debajo de un puente.

Entiendo que ahora la banca sólo se fije en clientes con pasta, esos que conservan el trabajo desde antes de la crisis o que han conseguido uno con buen sueldo porque son unos cracks en lo suyo y hay tiros por contar con ellos.

Obviamente, estas personas son pocas y no todas quieren comprar un piso. Por eso las entidades financieras, si quieren seguir ganando dinero para compensar que cada hay menos hipotecas, porque se van terminando de pagar y las que quedan pagan menos intereses porque ya les va tocando amortizar sobre todo capital, deben mirar más al futuro y menos a su ombligo.

Los jóvenes son demandantes naturales de vivienda, van a formar los nuevos hogares, quieren comprar mayoritariamente, y tienen más años por delante para pagar. En su contra juega que son también los más precarios en el mundo laboral, los eternos becarios, los que más sufren el paro y tienen menos ahorros (o ninguno).

Pero a su vez la banca continúa atesorando muchos pisos en su stock, algunos de los cuales podrían hacer las delicias de más de una persona joven o no tan joven. La cuestión es encontrar un punto intermedio entre abrir la mano y dar hipotecas sin riesgo.

Ya que apenas existen hipotecas para jóvenes, antes muy frecuentes y con mejores condiciones que el resto, quizá funcioen los avales, aunque supongan enmarronar a terceros, o prestar dinero para pisos baratos. Quizá un alquiler con opción a compra. Así el banco, al menos, tiene cubiertos todos los gastos de tener un piso parado (comunidad de vecinos, IBI…) y te puedes ir de casa antes de que te salgan canas.

El fondo social de vivienda, una alternativa temporal tras el desahucio

Por una vez nadie dice que alquilar es tirar dinero a la basura

Por una vez nadie dice que alquilar es tirar dinero a la basura

Más de 370.000 desahucios después, parece que escampa para los que, por no haber pagado la hipoteca, hayan perdido su vivienda habitual desde el 1 de enero de 2008. A los de antes que les den, como no estábamos en crisis…

El Gobierno acaba de crear el fondo social para la vivienda (FSV) para que puedan vivir de alquiler durante dos años, con uno de propina si te va mal la cosa.

Son pisos de los que no se va a hacer cargo el banco malo y que deben pedir a la entidad financiera que les puso de patitas en la calle. Lástima que esto sólo va a cubrir al 39% de los desalojados.

Los pisos se pueden ver en la web de cada banco o caja y solicitarse a partir del 31 de marzo, siempre que vayas con un informe sobre tu situación social, escrito por tu ayuntamiento o diputación. Si luego mejoras, se acabó lo que se daba.

En la casa hay que cobrar como mucho 1.597,53 € al mes y cumplir los requisitos que se fijaron cuando se paralizaron los desahucios durante dos años. Vamos, estar pasándolo mal y ser más pobre que las ratas.

El alquiler costará entre 150 € y 400 € mensuales, pagándose como máximo el 30% de lo que la familia cobre neto en un mes. Es bastante más barato que un alquiler convencional y eso que han bajado en todas las provincias españolas.

A cambio te piden que lo cuides y conserves en las mismas condiciones en que te lo han prestado y que lo uses como vivienda habitual. Juas, estaría bueno que se usara como segunda residencia low cost, pero esto es España y de la gente me espero cualquier cosa.

La fórmula se llama alquiler social y venía pidiéndose desde hace tiempo. La idea es de la sociedad, la pone en marcha el Gobierno, se apoya en los municipios, le hacen propaganda las ONG y la prensa, los bancos ganan dinero, reducen el número de pisos sin vender y la gente sin casa recupera un techo. Suena redondo.

Al tiempo que se ayuda a que las personas que han perdido su vivienda no queden excluidas de la sociedad, el Gobierno se ha propuesto dinamitar la obsesión del piso en propiedad, fomentando el alquiler.

Grandes beneficiados son los 33 bancos y las cajas que prestan los 5.891 pisos, ahora a disposición de los que en su día fueron embargados. ¿Te imaginas vivir en tu propia casa con un alquiler social? Es de coña.

El caso es estar pagando siempre al banco y tener la sensación de que se le debe la vida, además del dinero. Esto no es la monda lironda, pero ayudará a mucha gente, evitando que tengan que recurrir a la caridad, la familia o al resguardo bajo un puente.

Es una iniciativa que va por el buen camino pero apenas se queda en la primera ronda. Son cuidados paliativos cuando lo que necesitamos es prevenir que volvamos a tener un boom inmobiliario y todas sus consecuencias, amén de un tratamiento eficaz contra todos los síntomas de la especulación inmobiliaria, léase los pisos que cuestan más de lo que valen, y el comportamiento irresponsable, cruel y avaricioso de los bancos con las hipotecas.