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La banca no quiere dar hipotecas para alquilar pisos

Otra vez el balón en el centro del campo

Otra vez el balón en el centro del campo

Los bancos no están por la labor de dar hipotecas a los jóvenes para que se alquilen un piso, ni tampoco quieren conceder préstamos, ya sea a ellos o a personas de más edad, para que compren una casa por partes mientras pagan un alquiler por el resto del piso en el que viven.

Estas fórmulas, de las que hablé hace poco y que funcionan desde hace treinta años en Reino Unido, Holanda y otros países del norte de Europa, de momento no tienen cabida en España porque los bancos las ven demasiado arriesgadas y con un mercado del alquiler mucho menos maduro que el de compra.

Se sugirió que se implantaran en Cataluña, de hecho parece que se iban a aprobar en el Parlamento, y también Sociedad de Tasación lo lanzó como propuesta para solucionar los problemas de los jóvenes para acceder a la vivienda.

Pero la banca ya se ha apresurado a responder que la juventud deberá quedarse en casa de sus padres, compartir piso, irse de alquiler, aventurarse en el extranjero o debajo de un puente.

Entiendo que ahora la banca sólo se fije en clientes con pasta, esos que conservan el trabajo desde antes de la crisis o que han conseguido uno con buen sueldo porque son unos cracks en lo suyo y hay tiros por contar con ellos.

Obviamente, estas personas son pocas y no todas quieren comprar un piso. Por eso las entidades financieras, si quieren seguir ganando dinero para compensar que cada hay menos hipotecas, porque se van terminando de pagar y las que quedan pagan menos intereses porque ya les va tocando amortizar sobre todo capital, deben mirar más al futuro y menos a su ombligo.

Los jóvenes son demandantes naturales de vivienda, van a formar los nuevos hogares, quieren comprar mayoritariamente, y tienen más años por delante para pagar. En su contra juega que son también los más precarios en el mundo laboral, los eternos becarios, los que más sufren el paro y tienen menos ahorros (o ninguno).

Pero a su vez la banca continúa atesorando muchos pisos en su stock, algunos de los cuales podrían hacer las delicias de más de una persona joven o no tan joven. La cuestión es encontrar un punto intermedio entre abrir la mano y dar hipotecas sin riesgo.

Ya que apenas existen hipotecas para jóvenes, antes muy frecuentes y con mejores condiciones que el resto, quizá funcioen los avales, aunque supongan enmarronar a terceros, o prestar dinero para pisos baratos. Quizá un alquiler con opción a compra. Así el banco, al menos, tiene cubiertos todos los gastos de tener un piso parado (comunidad de vecinos, IBI…) y te puedes ir de casa antes de que te salgan canas.

Hipoteca y alquiler, más cerca de lo que parecen

Qué chungo está lo de irse del nido

Qué chungo está lo de irse del nido

Aunque siempre se ha visto el alquiler como lo contrario de la hipoteca y viceversa, últimamente nos llegan voces de que no es tan disparatado comprar un piso por partes y pagar un alquiler por el resto, tener una hipoteca para hacer frente al alquiler mensual o pagar el alquiler de unos años de golpe pidiendo una hipoteca al banco. En Reino Unido y Holanda, por ejemplo, existe desde hace 30 años.

El último en sumarse es el director general de Sociedad de Tasación, Juan Fernández-Aceytuno, que en el Salón Inmobiliario de Madrid ha dicho que los bancos deberían dar hipotecas a los jóvenes para que puedan vivir de alquiler.

Según él es una forma de facilitarles el acceso a la vivienda, ya que este sector tiene miedo a comprar por las malas experiencias que han visto durante la crisis. A saber: cuotas que se han disparado con el Euríbor alto, gente no ha podido pagar, otros que han perdido su casa o han embargado la de sus padres…

Eso dice él. Creo que no compran por dos razones: o porque no quieren (prefieren alquilar y alguno seguro que vivir con sus padres) o porque no pueden, dada su precariedad laboral, los escasos o nulos ahorros y las grandes exigencias de los bancos en cuanto a vinculación, ingresos y antigüedad laboral, que dejan fuera a los jóvenes.

Durante la crisis les ha bajado el sueldo entre un 30% y un 40% de media. Es lo mismo que ha caído el precio de la vivienda, pero no en todas partes por igual, así que muchos siguen sin poder comprarse una casa y por eso alquilan o se quedan donde están.

Entonces, si un banco les diera una hipoteca para pagar el alquiler, ¿no sería tan exigente con los ingresos y la antigüedad laboral? ¿De verdad este señor cree que a cualquier entidad le va a dar igual que un hombre o mujer de veintitantos tenga un contrato de becario y cobre menos de 18.000 € brutos al año? ¿Acaso no le va a pedir que tenga ahorros y un trabajo estable? ¡Pero si casi han desaparecido las hipotecas para jóvenes!

Tampoco creo que le ponga las mismas condiciones que a una hipoteca para comprar un piso, en todo caso hablamos de un préstamo personal, que suelen tener intereses más altos.

La idea de prestar dinero a la juventud para que pueda emanciparse es buena, pero si le dan una hipoteca, entonces entiendo que muchos preferirán comprarse un piso en lugar de alquilarlo. En España, por muy joven que sea la gente, se sigue manteniendo una mentalidad muy fuerte de comprar en lugar de alquilar.

No veo a la banca dando hipotecas para alquilar. A juzgar por su estrategia presente, no les interesa, si bien deberían fijarse en los jóvenes, ya que son el sector con mayor demanda de vivienda porque son los que formarán los futuros hogares, ya sean de compra o de alquiler.

La banca ignora a los que quieren hipotecarse solos

¿Solo o con mala leche?

¿Solo o con mala leche?

Ser single ya no es tan fácil como antes. Hasta no hace mucho, era una persona soltera (que no solterona, oiga), tirando a joven, con ingresos interesantes, independizada y buen tren de vida.

De esos quedan cada vez menos y no porque se emparejen como locos. Más bien es que el tren de vida se ha perdido, los ingresos se han esfumado y lo de irse de casa de los padres es más difícil que enseñarle educación para la ciudadanía a Chuck Norris.

Los jóvenes deberían ganar el doble para poder comprarse un piso que no llega a ni 50 metros cuadrados, y al que tienen que dedicar de media más del 60% de sus ingresos.

Si las hipotecas para jóvenes son casi inexistentes, la oferta que tienen las personas solas es prácticamente nula. Y mira que es un nicho de mercado cada vez más amplio. No hablamos sólo de solteros, también de separados, divorciados, viudos…

Están ahí pero la banca los ignora deliberadamente. Tienen necesidad de acceder a la vivienda pero con un sólo sueldo, que en general no es la pera, no se pueden ir más que de alquiler a un piso inferior en el que vivían, o a casa de sus padres, lo que es de agradecer, pero lamentable y deprimente.

Un tercio de los jóvenes entre los 24 y los 35 años todavía no se ha emancipado. En muchos casos no es por falta de ganas, y en otros se largan de casa alquilando porque comprar no está a su alcance.

La banca se ha vuelto muy elitista eligiendo a quién le deja el dinero. Y no te digo que no tenga razón a veces: no es plan de dar dinero a cualquiera como se hizo antes de la crisis, pero también debería fluir más el dinero.

Esta responsabilidad la tienen todos, especialmente las entidades rescatadas con nuestro dinero. O ganas bien de pasta o ningún banco te aceptará como pareja, por mucho que le prometas serle fiel todos los días de tu vida. ¿Y quién gana más de 2.000 euros? Haberlos haylos, pero no muchos menores de 35.

Con menos de ese sueldo la banca es reacia a casarse contigo. ¿Y quién termina los estudios, se pone a currar y gana ese dineral, en una profesión legal y honesta? Decídmelo, por favor, que me reciclo en un periquete.

La oferta hipotecaria se centra en parejas, con trabajos estables, antigüedad laboral, que ganan como mínimo 2.000 € entre los dos -algunos bancos exigen mucho más- y si son jóvenes, mejor que mejor. La oferta está pensada para parejas y familias. La banca pasa de los que no compran un piso a pachas y eso que son 8 millones de personas, de las que cuatro millones y medio viven por fuera de casa de los padres.

Los préstamos para jóvenes siguen en coma

Ser joven, esa gran actividad de riesgo

Ser joven, esa gran actividad de riesgo

Los jóvenes no lo han tenido precisamente fácil para acceder a la vivienda, pero de un tiempo a esta parte lo tienen aún peor.

Según el Consejo de la Juventud deberían cobrar un 105% más para poder emanciparse. De media, en España, una persona joven debe dedicar más del 60% de su sueldo para comprarse un piso que no llega ni a 50 metros cuadrados.

Con este handicap, sumado a la precariedad laboral, una de cada tres personas entre los 24 y los 35 años (más de 6,3 millones de personas) sigue en casa de sus padres. Algunos que se lanzan a vivir solos y quieren comprar se conforman con alquilar: la compra se les hace muy cuesta arriba y no me extraña.

Las hipotecas para jóvenes, que existían antes de la crisis y durante los primeros años, sobre todo ligadas a comunidades y ayuntamientos, casi desaparecieron cuando se cerró el grifo hipotecario. La cosa no fue mejorando, al revés: en 2012 solamente tres entidades estaban dispuestas a prestar dinero a los pipiolos en condiciones especiales.

Porque es que, sin esas condiciones especiales, es muy difícil comprar una casa. El primer salario y los primeros ahorros no dan para mucho. Antes había menos vinculación, diferenciales más bajos, plazos más largos… Ahora apenas hay hipotecas para jóvenes y las que existen sí son algo mejores que las demás, pero tampoco para fliparse.

La nueva Hipoteca Joven de Kutxabank te baja el diferencial un 0,25 hasta que cumplas los 35. Antes los préstamos juveniles tenían las mismas condiciones para toda la vida, ahora ni eso.

No tiene suelo ni comisión de apertura y el diferencial es de los menos malos del mercado: empieza en un 2,60% que se puede quedar en el 1,60% si te vinculas a tope. Ahí está el truco: te tienes que atar más que Houdini dentro de la urna con agua. Domiciliar la nómina, compras con tarjeta de 2.400 € anuales, meter mil pavos al año en un plan de pensiones y tres seguros. Excesivo.

Para llegar a un diferencial del 1,25% tienes que pedir sólo hasta el 75% de lo que vale el piso (lo habitual es el 80%), cumplir lo anterior y tener menos de 35 años. Por mucho que haya bajado el precio de los pisos, ¿qué persona menor de esa edad tiene ahorrado el 25% de lo que vale el piso más el 10% de los gastos de compraventa?

Por el momento, ésta es la única hipoteca para jóvenes que hay junto con la de Kutxabank y el Gobierno de La Rioja, a Euríbor + 0,95%. Éste sí que es un diferencial competitivo para lo que hay por ahí. Por lo demás, sólo recuerdo a Bankinter que, si tienes menos de 35, te respeta el Euríbor del primer año durante el segundo y el tercero. Eso está guay, sobre todo si pillas una de las cifras actuales, por debajo del 0,40%.