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Las sentencias de demandas colectivas deberán aplicarse en las individuales

Un paso más en la carrera contra los abusos bancarios

Un paso más en la carrera contra los abusos bancarios

Despacito, despacito, la cosa se va poniendo a favor de reclamar los abusos hipotecarios.

La última novedad viene a raíz de una sentencia del Tribunal Supremo sobre la cláusula suelo del 5,5% de Banco Andalucía (fusionado con el Popular, que ahora es Santander), que ha dado el mismo veredicto que ya se dio cuando esto mismo se juzgó en una demanda colectiva.

Este Alto Tribunal ha dicho que cualquier sentencia firme que ya se haya dictado en una macrodemanda, por cualquier asunto hipotecario, debe servir posteriormente a los jueces que juzguen el mismo hecho, en una demanda individual, para dictar la misma sentencia.

O sea que si hay algún asunto hipotecario que queremos reclamar y ya hay una sentencia favorable tras una demanda colectiva tenemos posibilidades de ganar, se nos allana el camino. ¡Guauuuu! En las hipotecas multidivisa hay admitida a trámite una demanda colectiva de Asufin en Madrid, misma asociación que ha presentando una macrodemanda contra el IRPH.

En el caso de la cláusula suelo hay varios precedentes… Como por ejemplo las sentencias del Tribunal Supremo contra BBVA, Abanca y Cajamar, que lo anuló y obliga a devolver hasta el último céntimo cobrado de más, o varias demandas colectivas contra bancos como Unicaja. En este caso, si un juez de otro tribunal se encuentra un caso igual debe aplicar la opinión del Supremo.

Lo mismo nos pasa con los gastos de la hipoteca. Como ya hay una sentencia del Supremo que condena a BBVA a asumir la notaría, gestoría, tasación, registro e impuestos, cualquier juez que se encuentre un caso similar, debe fallar en en mismo sentido.

Es lo que toda la vida se ha llamado jurisprudencia, o sea casos iguales o similares que sirven de base para dictar sentencias en una dirección u otra, apoyándose en opiniones ya emitidas por otros jueces. Lo que pasa es que suelen hacer falta tres sentencias para considerar que hay jurisprudencia y, hasta ahora, los jueces de otros tribunales no sabían qué hacer…

Unos han seguido a pies juntillas el criterio del Supremo mientras que otros han ido por libre. Algunos estaban tan liados que han consultado al Tribunal de Justicia de la Unión Europea y de ahí vienen gran parte de los logros contra los abusos hipotecarios, en los que el tribunal europeo siempre da cera a España.

El Tribunal Supremo está harto de juzgar una y otra vez la cláusula suelo y de ser quien diga la última palabra. Está cansado de que le lleguen temas que podrían resolverse perfectamente en tribunales menores. Está colapsado de temas hipotecarios en particular y bancarios en general, y quiere liberarse. También quiere dar legitimidad a la opinión de los tribunales menores, ya que -hasta ahora- o no se atrevían a ser contundentes con la banca o, si lo eran, el banco no se conformaba y recurría incansablemente hasta llegar al Supremo, igual que los demandantes.

Las macrodemandas van más lentas que los casos particulares o de pocos afectados, porque acarrean mucha documentación a estudiar, pero cuando por fin hay sentencia suele ser gorda. Y es lo que quiere ahora el Supremo: que lo que vale para una macrodemanda se aplique a los particulares y les allane el camino.

Genial para los afectados, es terreno ganado. Y quizá tiempo, porque en los nuevos tribunales para las reclamaciones hipotecarias de 13 comunidades autónomas hay 330 reclamaciones diarias por abusos hiptecarios, lo que significa que a lo largo del año se esperan unas 90.000 demandas contra la cláusula suelo, los gastos de la hipoteca, el vencimiento anticipado, las multidivisa, el IRPH y otros abusos bancarios que traen cola.

 

Demanda contra Unicaja por el método 360/365

Se hacen ricos euro a euro

Se hacen ricos euro a euro

No te acostarás sin aprender algo más, dice el refrán. En el caso de las hipotecas es bien cierto, porque cuando crees que ya se han destapado todos los abusos bancarios, sale una nueva cláusula que te deja con los ojos como platos.

En esta ocasión es la del método 360/365, por la que le acaba de caer a Unicaja una macrodemanda en el Juzgado de Primera Instancia número 15 de Málaga, en la que un grupo de 41 afectados le reclama la devolución conjunta superior a 200 millones de euros.

El método 360/365 cambia la duración del año para cobrar más a los clientes en la cuota mensual. Considera que tiene 360 en vez de 365 días, lo que da como resultado una cuota mensual más cara.

Con esta tan astuta como burda picardía el banco infla una media de 6 € al mes la hipoteca de cada cliente, que ni se entera de que paga un poco más. Sin embargo, 6 € por cliente al mes al final se convierten en más de 200 millones para la hucha de Unicaja.

Si estás en la misma situación y te quieres unir, aún estás a tiempo, porque la demanda está abierta a todos los clientes, ya que al haberse admitido a trámite se ha dicho que pueden sumarse todos los perjudicados, que se calculan por encima de las 100.000 personas.

Hay posibilidades de ganar, ya que esto viene desde principios de 2015, cuando el Juzgado de Primera Instancia de Málaga pidió a Unicaja que dijera cuánta gente más podría estar en la misma situación, y gracias también a que la entidad no ha negado en ningún momento que lo haga. Por algo será…

El Banco de España, normalmente muy tibio a la hora de castigar a la banca y proteger a los clientes, como debiera hacer en casos de abuso, ya dijo en 2012 que este método de cálculo de la cuota “puede resultar injustificado”.

Como toda defensa para invalidar la demanda, Unicaja se aferra a que los clienes se han constituido como grupo de afectados, que si bien es legal, no los reconoce como demandantes con legitimidad al estar en grupo. Se trata de un argumento débil que posiblemente tumbe el juez asignado al caso.

Ya se dio un precedente en País Vasco, cuando el Juzgado de lo Mercantil número 1 de San Sebastián criticó este método 360/365 en octubre de 2015, por considerar que era oscuro, pues no se explicaba al cliente ni que se iba a utilizar ni en qué consistía.