La crisis hipotecaria no ha terminado, habrá segunda parte

La muerte no es el final

La muerte no es el final

De 2007 a 2008 no sólo cambiamos de año, también de ciclo y de tendencia. En 2008, aunque el entonces presidente del Gobierno Zetapé tardara en reconocer que había crisis, fue cuando inauguramos este periodo que taaaan largo se está haciendo, que ya tenemos tan interiorizado y normalizado y que aún durará algo más de tiempo.

Las hipotecas firmadas hasta 2007, y algunas de años posteriores, tenían diferenciales bajos, menos vinculación que ahora, se daban a gente que podía pagar y a otros que a todas luces se veía que dejarían de pagar. El Euríbor llegó en julio de 2008 a su máximo histórico: 5,393%, y los tipos de interés también se situaron en lo más alto: 4,25%.

Cuesta pensar que hace seis años las cosas estaban así, cuando el Euríbor está a hora por debajo del 0,40% porque los tipos de interés también están rompiendo sus mínimos, situándose hace poco en el 0,05%.

En 2007 una familia dedicaba el sueldo de 8 años para pagar la hipoteca. Ahora solamente se dedican 6 años, si bien no es oro todo lo que reluce. Aunque actualmente cuesta menos hacer frente al préstamo, quedan fuera de la ecuación las personas con cláusula suelo, las que han perdido el trabajo o ganan menos dinero que antes.

Antes se prestaba el 100% del valor del piso con facilidad, incluso ha habido casos de prestarse más dinero para hacer frente a los gastos de compraventa o, por qué no, aprovechar la hipoteca para pagar el coche o las vacaciones. Ahora se presta hasta el 80% y no en todos los casos.

Antes los diferenciales estaban por debajo del 1%. Ahora eres afortunado si consigues uno por debajo del 2%. Hay muchos de estos, pero no se los dan a cualquiera, sólo a los que resisten la crisis con ahorros, trabajo antiguo y estable e ingresos decentes.

El precio de los pisos ha bajado, se preguntan incluso si ha tocado fondo, pero el acceso al crédito cotninúa difícil y encima ya no hay desgravación por hipoteca. Conclusión: la gente que ahora vive bien, hipotecariamente hablando, es la que tiene una hipoteca antigua, con un diferencial bajo y unos ingresos que no se han mermado.

Cuando estalló la crisis dedicábamos, dependiendo de la provincia, entre un 50% y un 80% de nuestros ingresos a pagar el piso. Era demasiado. Ahora sólo dedicamos el 30%, que es lo recomendable, ¿pero qué pasará cuando el Euríbor vuelva a subir? Pues que si ahora que estamos en mínimos es cuando la cosa está como debería ser siempre, se pondrá otra vez inalcanzable para muchos.

En el caso de los que aún tengan hipotecas con desgravación fiscal, diferencial bajo y ganen un sueldo majo seguramente consigan capear nuevamente el temporal. En el caso de los que no cayeran en 2008 y ahora tengan menos dinero o hayan perdido el empleo, volverán a estar en riesgo de perder la casa.

Los que tengan una hipoteca de las de ahora ya pueden rezar a Santo Crédito Bendito para no perder el trabajo porque las cuotas se dispararán y ese 30% de dinero que dedicamos ahora se puede duplicar fácilmente y podemos volver a vernos como en 2008 y 2009. Segundas partes nunca fueron buenas, así que imagina qué chungo se pondrá cuando ni la primera parte estuvo bien.