El presidente de EEUU, Barack Obama, se ha puesto en plan buen samaritano, lanzando un plan de ayuda a las familias que están a punto de perder su casa por no pagar la hipoteca.
El Gobierno yanki calcula que este flotador económico ayudará a un millón de familias, que serían más si no fuera por el requisito fundamental: el piso no debe haber perdido más del 25% de su valor desde que se compró, algo que ha pasado mucho en pisos comprados durante los precios locos de la burbuja inmobiliaria.
El plan de Obama busca que las hipotecas sean a corto plazo más baratas para que la gente pueda pagarlas. Pretende conseguirlo refinanciando las hipotecas y ampliando los plazos para que devuelvan el dinero sin poner en juego el techo que les cubre.
El presi gringo también quiere relajar las exigencias para que la gente acceda más fácilmente a una vivienda. Este plan ya se presentó hace dos años, pero como Obama ha visto que no chutaba lo suficiente, ha decidido hacerle cambios y dejarlo en vigor hasta 2013.
Este plan se llama Programa de Refinanciación Asequible de Casas (HARP, según sus siglas en inglés) y se lo ha sacado Obama de la manga porque ve que en el Congreso no hacen nada. ¿Os suena de algo? Aquí, en España, el Congreso tampoco colabora, no hay más que ver el fiasco de comisión hipotecaria que montaron y que, después de tener poco tiempo para estudiar el tema, se cerró apresuradamente sin conclusiones.
A diferencia de USA, aquí el presidente y su partido tampoco hacen nada para frenar los desahucios y mejorar el panorama hipotecario. Al contrario, ayudan a los bancos y, en un exceso de electoralismo, piden perdón a los parados, después de que ya lleguemos a los 5 millones, o sea más del 22% de la población en edad de currar. ¡A buenas horas, mangas verdes! ¿Y qué se hace con una mera disculpa que llega varios años tarde? ¿Cuándo pedirán perdón a los que se han quedado sin casa? Tal vez en 2014.
Los que en España se llaman nuestros líderes están ahora desatados anunciando todas las ideas que tienen para sacarnos del hoyo, entre otros del meollo hipotecario en el que 300.000 familias habrán perdido su casa en estos años.
Obama dice lo que yo pienso: No podemos esperar a que un Congreso crecientemente inoperante haga su trabajo. Qué fino lo dice, qué cierto, qué razón tiene. Pero no basta decirlo, hay que hacerlo.
Me parece genial que Obama eche un cable a los gringos, pero quiero saber qué va a hacer el que salga elegido presidente en España el próximo 20 de noviembre para mejorar la situación, que ya está bastante tocada en España.
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