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Qué te puedes deducir en la Renta si compras o vendes un piso

Ya que te has gastado un montón, llega el momento de recuperar algo.

Ya que te has gastado un montón, llega el momento de recuperar algo

Comprar o vender una casa es un gasto que va más allá del precio que pagas al vendedor. Y si compras con préstamo es mucho más caro, porque la hipoteca debe inscribirse en un registro (la casa también), hay por medio un notario (con tarifas por las nubes), una gestoría, una tasación y el pago de impuestos, entre otras cosas.

La ventaja es que estos gastos te los puedes desgravar en Hacienda, empezando porque si para pagar la casa utilizas dinero que obtienes con la venta de otro piso, puedes no abonar impuestos si todo lo obtenido por vender una casa lo inviertes en la compra de otra vivienda habitual en los dos años siguientes a la venta del piso. Esto es automático en mayores de 65 años, aunque no reinviertan en otra vivienda.

Así no tienes ganancia patrimonial y no debes tributar a Hacienda. Eso sí, sólo cuenta que lo inviertas en comprar la casa; muebles, reformas, electrodomésticos y otras cosas de ese tipo están excluidos.

Para demostrarlo, ni se te ocurra aceptar un euro en negro de los compradores, ya que ahora mismo los abogados que he consultado te “desaconsejan rotundamente” que lo hagas. Primero porque Hacienda está a la que salta y revisa todo mucho más que antes. Y así como esto de pagar o aceptar algo de dinero en B era una práctica habitual hace unos años, ahora está más perseguido y por menos de nada, como el Fisco se entere, os cascan una multa a ambas partes porque es ilegal.

Segundo porque si coges dinero en negro no puedes usarlo para comprar otra casa si tu vendedor no te lo acepta. Además tienes que tener en cuenta el valor en el que el piso se escrituró cuando lo compraste, ya que no se puede escriturar ni muy por debajo ni muy por encima si es que el mercado no ha variado tanto los precios en realidad.

Tanto si compras como si vendes una vivienda te puedes desgravar en la Renta de ese año, que es la que presentas al año siguiente, los gastos que te haya ocasionado comprar o vender. En el caso del vendedor: la certificación energética, que por menos de nada te cuesta entre 60 € y 120€ (según el profesional que contrates y los metros cuadrados; suelen cobrar a un euro el metro cuadrado, más IVA); también te desgrava la plusvalía -que se paga según el valor catrastral-, lo que has pagado a la agencia inmobiliaria -si has usado sus servicios- y otros gastos de gestoría o notario, si has tenido que pagarlos.

Si eres el comprador te puedes desgravar todo lo que has pagado para adquirir la vivienda: notario, tasación, gestoría, gastos en Registro de la Propiedad, Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD), etcétera. Para ello, guarda todas las facturas y sácalas al año que viene delante del gestor que te haga la Renta o úsalas para hacerla por tu cuenta.

Pasos previos a la solicitud de una hipoteca

Mejor llamar a varias puertas

Llama a diferentes bancos

Una vez que tienes clara la vivienda, el presupuesto y el dinero que necesitas, llega el momento de pedirlo, a ser posible en un banco que no te cobre por el estudio de la hipoteca.

Disponte a llamar de puerta en puerta, para ir de banco en banco entregando documentación. Lo ideal es que, antes de nada, consultes las web de diferentes bancos para saber qué ofrece cada uno y seleccionar los que más te interesen. Ahorrarás trabajo si, previamente, echas un vistazo a algún ranking de mejores hipotecas como el que elaboramos cada mes en este blog.

Si tus ahorros y/o ingresos son altos lo tendrás más fácil, al igual que si sois dos titulares y tenéis antigüedad en un trabajo estable. En función de vuestro perfil podéis tirar a un banco o a otro y a una hipoteca con mayores exigencias y mejor diferencial, aunque hay varios bancos que actualmente son una apuesta segura porque quieren aumentar su cuota de mercado y estudiarán vuestro caso hasta ofreceros las mejores condiciones posibles. Me refiero a Kutxa, Bankinter, Abanca, ING, Santander y Deutsche Bank, entre otros.

Sus hipotecas son bien diferentes y no hay que dejarse guiar por la publicidad, ya que muchos adaptan la hipoteca según sea tu perfil, como es el caso de Bankinter, o mejoran lo que ya te ofrece otro banco, siempre que se lo lleves por escrito. ING es el que mejor hipoteca tiene sobre el papel, pero también el que menos dinero está dando últimamente. No te guíes sólo por el diferencial… La vinculación y comisiones encarecen la hipoteca y también cuentan.

Si alguna entidad te deniega la hipoteca, no te desmolarices. Hay muchos peces en el mar (en total 40 entidades bancarias) y alguna habrá que os diga el ansiado sí, quiero, siempre que objetivamente vuestro préstamo no sea una operación arriesgada.

Evitas riesgos si tienes, como mínimo, para pagar los gastos de compraventa (tasación, notario, registro, gestoría, impuestos…), que suponen alrededor del 10% de lo que vale la casa,  varían de un banco a otro y dependen en gran medida de cuánto dinero solicites. También si dispones de, al menos, el 20% de lo que vale la casa, puesto que el banco no presta más de 80% del valor de tasación o del precio del piso (el que sea menor). El 100% sólo se da a gente con mucha pasta y con gran capacidad de pago o para pisos del stock inmobilario de los bancos.

Cuando has elegido los bancos a los que pedir dinero debes dirigirte a ellos por internet, si se trata de bancos online, o en persona. También puedes llamar por teléfono para que te digan qué documentación pide cada uno y así ya ir directamente con todo para que estudien el caso. El viernes hablaré de qué documentos son los que suelen pedir con mayor frecuencia, para que estéis preparados.

¿Me dará el banco la hipoteca? ING responde en 48 horas

Telehipoteca Exprés, ¿dígame?

Telehipoteca Exprés, ¿dígame?

Los bancos se están dando vidilla en la concesión de hipotecas. No es que todos tengan el mismo interés en conceder préstamos, porque no a todos les urge igual aumentar su cartera de clientes para compensar las hipotecas que se han ido cancelando. Pero sí que se ve que los que quieren, pueden.

De ahí que se estén viendo hipotecas preaprobadas en 48 horas con sólo una llamada o simulación en internet, la concesión de préstamos personales en 24 horas o una mayor financiación a las empresas.

Todo empezó hace algo más de dos años cuando Bankinter, seguido de Cajasur, Santander e ING lanzó la primera hipoteca con un diferencial inferior al 2%. Desde aquel pistoletazo de salida, la mayoría de bancos han entrado en una férrea competición por nuevos clientes, bajando diferenciales y mejorando las condiciones de sus hipotecas, incluso varias veces en un mismo año.

Los diferenciales más competitivos ya están por debajo del 1%, si bien aún muchas ofertas esconden una vinculación (seguros, tarjetas y otros productos) que encarecen por otro lado lo que parece que te ahorras con el diferencial.

Aún así, es notable el aumento en la concesión de hipotecas que se ha visto en el último año.  Uno de los casos más claros es el de Bankinter, que ha aumentado miles de millones su facturación, seguido de ING.

Al banco holandés le puedes llamar por teléfono o aportar tus datos por la web y en un par de días te contestan si te dan o no hasta el 80% de lo que vale tu nueva casa. Si tu solicitud sale preaprobada en unas semanas recibes en casa un sobre con los papeles a rellenar y una lista de la documentación que debes aportar para demostrar que mereces esa hipoteca (nóminas, declaración de la renta, etcétera).

Vivimos el mejor momento, el más dulce para pedir una hipoteca que se ha vivido en los últimos cinco años, y eso que muchos quedan fuera del mercado por sueldos bajos, inestabilidad laboral, poca antigüedad en el trabajo o falta de ahorros. ING y casi todas tienen el techo en el 80% de lo que vale el piso, por lo que esperan que tengas ahorrados los gastos de compraventa (alrededor del 10% del precio de la vivienda) y el 20% que no financian.

Si algo ha aprendido la banca de la crisis es que no se puede prestar más si no quieren después comerse los pisos con patatas en caso de impago. Y que tienen que ser más estrictos con los requisitos si no quieren que dejen de pagarles.

Si éste es el año en el que has pensado comprarte una casa y tienes ahorros y estabilidad económica y laboral, adelante, esta vez sí puedes encontrar la puerta del banco abierta, pero mira muy bien la hipoteca antes de firmarla, negocia el diferencial y no aceptes vinculación que encarezca el préstamo.

¿Qué pasó con las hipotecas puente?

Ya no está la cosa para saltar sin red

Ya no está la cosa para saltar sin red

Hace seis años era posible cambiarse de casa mediante una hipoteca puente. Era un préstamo que te daba casi cualquier banco para cambiarte de piso sin haber vendido el anterior.

El banco te prestaba el dinero para comprar la nueva casa, aunque fuera más cara que la actual, y te dejaba por lo menos un año para vender tu vivienda y saldar cuentas.

Esto, claro, incluía gastos de compraventa, dinero de la mudanza, para nuevos muebles y electrodomésticos… En fin, todo lo que conlleva cambiarse de casa y que mucha gente hace cuando aumenta la familia y la que tiene se le queda pequeña (o al revés) o para irse a otra ciudad o definitivamente al chalé de tus sueños, o lo que sea.

La hipoteca puente estaba fenomenal para poder cambiarse de piso sin prisas ni sobresaltos, porque normalmente en el tiempo que daba el banco se había vendido la casa anterior y ya no se tenía una deuda gigante. De ahí el nombre de puente: saltabas fácilmente de un piso a otro y la presión sobre la nuca sólo se sentía al final, si aún no habías vendido el piso.

Con el reventón de la burbuja inmobiliaria, la crisis, el Euríbor súper alto, los pisos vacíos sin vender, la precariedad laboral y una larga lista de cosas que ya sabemos, la compraventa de pisos y la concesión de hipotecas quedaron en punto muerto hasta que hace dos años la cosa empezó a arrancar, si bien no fue hasta hace poco que la contratación de nuevas hipotecas empezó a subir.

Con sueldos más bajos, inestabilidad laboral, menos ahorros y jóvenes contratados como becarios con míseros sueldos eternamente, entre otras cosas, de poco sirve que haya bajado un 30% el precio de los pisos, que se haya abierto el grifo del crédito y el Euríbor esté en mínimos históricos, todo situaciones muy favorables a la compraventa de vivienda. Ya no hay hipotecas puente. La venta de viviendas se estancó tanto que los bancos no se fiaban de que pudieran venderse en un año. Era la pescadilla que se mordía la cola, apenas daban hipotecas.

Ahora es más asequible comprarse una casa, pero como la cosa tampoco es para tirar cohetes y los bancos han aprendido del desastre que les han traído algunas hipotecas concedidas irresponsablemente, se han vuelto más prudentes y no quieren arriesgar un duro.

No dan hipotecas puente. Vendes un piso y te compras el siguiente, porque si se te ocurre hacerlo al revés te arriesgas a no vender el tuyo en mucho tiempo y a estar sobreendeudado más tiempo del que puedes asumir, eso si encuentras entidad que te deje dinero para comprar una casa sin haber vendido otra.

Cómo calcular qué piso, hipoteca y cuota te puedes permitir

Irás de frente y te mirarán el perfil

Irás de frente y te mirarán el perfil

Antes de comprar una casa debes asegurarte de que cumples el perfil que los bancos quieren hoy en día, más exigente que el que pedían durante el boom inmobiliario.

Por un lado se deja a mucha gente fuera de la compra, que sigue siendo la opción mayoritaria. Pero por otro está bien acotar el acceso de forma prudente para que nadie se endeude por encima de sus posibilidades.

¿Y cuáles son mis posibilidades? Es lo que te estarás preguntando. ¿El banco me dará la hipoteca? Pues depende de tus ingresos, el dinero que pidas y el gasto que la hipoteca te suponga al mes.

Lo primero que recomiendan es que no compréis un piso que cueste 4 veces la cantidad de dinero bruta que entra en casa en un año. O sea que si tú solo ganas 20.000 € o entre los dos llegáis a 50.000 €, la vivienda no debería costar más de 80.000 € ó 200.000 €, respectivamente. Según el Banco de España, actualmente destinamos entre 5,5 y 6 años de salario a pagar la hipoteca, cifra que llegó a nueve años con los pisos comprados durante la burbuja inmobiliaria.

También se aconseja que todas las deudas de la familia no superen un tercio de los ingresos mensuales. Si ganáis 2.500 € al mes, la hipoteca no debe superar los 830 € en caso de no tener otras deudas como el coche o préstamos personales, de estudios, etc. En ese caso, todo debe sumar un tercio de las ganancias mensuales.

Éste es el tope, así que la cuota inicial debería ser más baja, puesto que el Euríbor subirá algún día y el préstamo puede dispararse por encima de vuestras posibilidades, algo que ha ocurrido bastante durante la crisis, ahogando a muchas familias, algunas de las cuales han terminado en la calle.

Entre las cuentas que se deben echar antes de pedir una hipoteca, está la de cuánto puede subir el Euríbor (su máximo histórico es del 5,39%) y en cuánto se me puede poner la hipoteca. ¿Lo podré asumir? Es la pregunta del millón y la que evita futuros sustos y disgutos si tienes una hipoteca a interés variable.

Los bancos no suelen dejar más del 80% del valor de tasación o del precio del piso, el que resulte más bajo. Esto nos lleva a tener ahorrado, como mínimo, el 20% de lo que vale la casa, a lo que hay que sumar en torno al 10% del precio total, que es lo que cuestan los gastos de compraventa (notaría, registro, tasación, etcétera).

Por último, averigua cuál es la media de dinero que los bancos prestan en tu comunidad autónoma. La cosa va de los más de 170.000 € en Madrid a algo más de 60.000 € en Extremadura. A ti te pueden dejar más o menos según tu perfil, ahorros y precio del piso, pero te puede servir de orientación.

Además de estos cálculos, ganarás puntos si tenéis un trabajo estable, ingresos altos y antigüedad en la empresa. Según un informe de Tecnocasa y la Universidad Pompeu Fabra, sólo un 6% de las hipotecas se dan a gente con contrato temporal, frente al 38% que la obtenía así en 2005. El perfil medio actual es de un hombre español, de entre 25 y 44 años, con contrato indefinido.

Los gastos asociados a la compra de un piso son desproporcionados

Sueltas pasta por tos laos

Sueltas pasta por tos laos

Cuando te planteas la compra de un piso, hay que tener en cuenta otros gastos además de la hipoteca, que te vendrá mes a mes con sus correspondientes intereses.

Por un lado, la vinculación que pide el banco para darte un diferencial más bajo. A veces interesa atarse y a veces no. Es cuestión de ver qué te exige a cambio de rebajar algo los intereses y si, calculadora en mano, la cosa compensa económicamente.

Según una encuesta de pisos.com, la mayoría de la gente (casi 70%) tuvo que domicilar la nómina y los recibos, firmar seguros de hogar y vida y un plan de pensiones para obtener la hipoteca. Sorprende que sólo el 3% de los encuestados afirma no haber contratado nada.

Somos bastaste sumisos con los requisitos del banco, teniendo en cuenta que lo único realmente obligatorio al suscribir una hipoteca es tener un seguro de incendios que viene dentro del seguro de hogar. En general nos conformamos con lo que nos piden y no nos atrevemos a negociar con la entidad ni a pedirle mejoras en la hipoteca.

De toda la vida, quien no llora no mama, y sorprende ver cómo se pueden cambiar cosas de la hipoteca hablando con el banco. En estos tiempos, más que nada, funciona tener ahorros, un perfil económico solvente y un trabajo antiguo y estable. Obvio también es estar bien informado/a y mostrarse con seguridad.

Los gastos asociados a la compraventa del piso son desproporcionados, al menos para el 78% de los preguntados por pisos.com. Es de cajón: que si un 10% de lo que vale la casa en gastos de compraventa (notario, tasación, registro de la propiedad, impuestos…), que encima en muchos casos no puedes elegir tú ni quién lo hace sino que te lo impone el banco; más la vinculación que firmas (seguros, tarjetas, otros productos…), más la comisión de estudio y apertura del préstamo que cobran algunas entidades.

Por eso, antes de comprar una casa con hipoteca tienes que asegurarte de que podrás hacer frente no sólo al 20% del precio del piso, pues el banco no suele prestar más del 80% si no es para viviendas de su stock, sino también a un montón de gastos asociados que se pagan al principio, más lo que cada año soltarás en vinculación para bajar el diferencial.

Es por esto que las hipotecas que ahora se ven a Euríbor + 1% no compensan. Tienen los diferenciales más bajos, sí, pero también las ataduras más exigentes, que al final encarecen tanto el préstamo que más te vale tener un diferencial más alto y menos compromisos económicos durante tantísimos años. ING, Uno-e y Bankinter son buenos ejemplos de diferenciales un poco más altos, pero vinculaciones más bajas que te dejan respirar.