
De casa de mi piba... ¡No me moveráaan!
Literalmente a tiros ha terminado un desahucio en la ciudad alemana de Karlsruhe, cerca de la frontera con Francia. Eso pa’ que luego miremos a los alemanes como ejemplo de civilización, progreso y modelo a seguir. ¡Tomaaa!
Claro, que según se mire, porque el que lo ha hecho era francés, aunque vivía en Alemania. Lo mismo aquí termina pasando igual, porque seguro que a más de uno al que han echado de su casa por no pagar la hipoteca le han entrado ganas de liarse a machetazo limpio.
O, por qué no, a pistoletazo limpio con el director de la sucursal que le dio el préstamo, el presidente de la entidad, los policías, el personal del juzgado que le ahuecó de su casa y la madre que parió a Panete.
En este caso, el chorvo se ha llevado por delante a 4 personas y luego se ha suicidado. Su máxima debía de ser la casa o la vida, y perder la vida antes que la casa. Eso, o se le ha ido mucho la pinza a juzgar por cómo cuentan que ha ocurrido todo.
A eso de las 9 de la mañana se presentan el funcionario al que le toca desalojar a moroso, un cerrajero para asegurar que entran al piso, un trabajador social y el nuevo propietario de la casa. Fijo que están acostumbrados a agresividad, violencia verbal y por qué no física, malos rollos, movidas varias y pisos hechos un asco.
Pero seguro que no se esperaban que el inquilino se liara a tiros con ellos. Al parecer, lo tenía premeditado y era el compañero sentimental de la dueña de la vivienda, a la que también se ha llevado por delante de un balazo en el pecho. Para más señas, era cazador y tenía en casa un pequeño arsenal: dos pistolas, una escopeta de cartuchos, un fusil y una granada, que el tío no ha dudado en usar para cargarse a todos menos al trabajador social y después suicidarse.
La movida duró cuatro horas, hasta más o menos la una de la tarde, cuando la Policía decidió romper el secuestro y la barricada que el pirao tenía montadas en el piso, porque éste desprendía un cierto olorcillo a quemado que les sonó a incendio. Al entrar se encontraron to’ el pastel y, dado que esto ya parecía una película de Tarantino, no escatimaron en añadir medios a esta peli de acción: helicópteros, la presencia del Comando de Operaciones Especiales, acordonar la zona y evacuar una guardería y dos colegios.
Vaya dramón hipotecario el que han vivido estos colegas de la Merkel. Pa’ mí que el fulano violento debió de pensar o me voy con los pies por delante y un pijama de madera o de aquí no me sacan ni muerto. Y así ha sido.