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Las cláusulas suelo, otra vez en tela de juicio

Esta demanda da una miajita de esperanza al suelo de las hipotecas

Esta demanda da una miajita de esperanza al suelo de las hipotecas

Los cimientos de las cláusulas suelo que los bancos han puesto a nuestras hipotecas vuelven a temblar bajo el mazo de una juez de Madrid.

Aceptando tramitar una demanda contra 45 entidades bancarias, esta mujer consigue que no perdamos la esperanza sobre la abolición de una práctica que durante el año pasado proporcionó a los bancos unos beneficios de entre 3.500 y 7.000 millones de euros.

Las cláusulas suelo, en su mayoría firmadas entre 2007 y 2008, cuando los bancos previeron que el Euríbor bajaría hasta mínimos históricos, como así ha sido, impiden que por mucho que baje el Euríbor, la cuota de la hipoteca no baja de un límite mínimo de intereses impuesto por el banco, que es lo que llamamos suelo.

Dependiendo del banco, el suelo suele estar entre el 3% y el 5%, es decir,  muy por encima de los intereses que pagan los de hipotecas sin esta cláusula. La demanda se pone porque, además de que esta cláusula recauda intereses de forma abusiva, hay una gran descompensación entre este suelo y el techo, que supuestamente es un seguro para nosotros contra la subida del Euríbor, pero que en la realidad no nos protege ni de la gripe porque para eso el Euríbor tendría que subir por encima del 12%, lo que a todas luces es casi imposible.

Esta demanda colectiva es la mayor de la Historia y ha sido presentada por la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros de España, más conocida de Adicae, en representación de 400 personas. Como sus teléfonos echan humo por las llamadas de más afectados, la juez se ha tirado el pisto dando dos meses de plazo para que se unan a la demanda nuevos afectados. De paso Adicae ha dicho que aumentará el número de bancos demandados, y eso que ya están casi todos en el lote.

Si al final se une más gente, la repercusión sería aún mayor y las indemnizaciones de cifras más indecentes que celebrar San Valentín en un convento. El Banco de España calcula que una de cada tres hipotecas tiene cláusula suelo; en total, casi 4 millones de préstamos. Tanto él como los políticos justifican y consienten que esto ocurra para proteger los intereses de los bancos: los que tienen y los que nos cobran. 

No es la primera vez que el lobo de la Justicia amaga con derribar el chiringuito clausulero de los bancos, pues en Sevilla, en octubre del año pasado, un juez declaró estas cláusulas nulas, por abusivas, si bien los bancos demandados han reclamado y aún no hay una sentencia firme.

Una cosa es que sean legales y las hayamos firmado, a veces sin saberlo -culpa nuestra y del banco que no nos informó debidamente- y otra cosa muy distinta es que no deberían existir ni ser legales. Mientras hay vida hay esperanza, pero seguro que si anulan estas cláusulas, los bancos nos salen con otra mandanga.

El boom de las hipotecas basura en España

Por mucho que lo llamen arte, sigo estando hecho de basura

Por mucho que lo llamen arte, sigue estando hecho de basura

Sabiendo que algo huele mal en los bancos desde el principio de la crisis, ya era hora de que supiéramos dónde está la parte más podrida del negocio hipotecario, esas hipotecas que se dieron con mucha alegría y que se están ejecutando con demasiada pena: sueños convertidos en pesadilla que se fraguaron durante el boom y que han estallado en un enorme buuuum cuyos pedazos seguimos recogiendo.

Las que en otros países se llaman hipotecas subprime o hipotecas basura, por el alto riesgo de impago que conllevan, en España suman 100.000 millones de euros.

Son la quinta parte de las  hipotecas que tenemos contraídas y que principalmente corresponden a jóvenes con contratos temporal e inmigrantes, que han dejado de pagar por falta de recursos. Hablamos de una morosidad del 6%, que es una barbaridad.

¿De quién es la culpa? En parte de quienes pidieron por encima de sus posibilidades y, en parte mayor aún, de los bancos que dieron alegremente un dinero a quienes no estaba claro que pudieran devolverlo.

La ambición les perdió, pues pensaron que si no pagaban ya se quedarían con sus pisos, sin calcular que los ladrillos pesarían más que una vaca en brazos. El Banco de España les advirtió, pero con tanta timidez que hasta Winnie the Pooh parece un macarra.

Las cajas prestaron más descuidadamente que los bancos, aunque ambos son culpables de dar un dinero que ni Paco Lobatón sabe dónde está.

Se prestaron en hipotecas para el 100% del valor de tasación del piso y en ocasiones mucho más. Tanto que hasta el banco te incitaba a que te compraras la casa y fueras más allá: las vacaciones, el barco, los muebles… No importaba el qué, te daban el dinero y ya te apañarías para devolverlo. ¡Carpe Diem!

Estos excesos de la pasada década explican por qué los bancos se están hinchando a embargar pisos que ya no saben dónde meter y que no hacen más que depreciarse, y por qué los particulares se quedan sin casa y encima siguen arrastrando una deuda per secula seculorum.

Por esta situación tan irresponsable, ahora los bancos ya no prestan ni a quienes de verdad podrían devolver el dinero y las poquísimas hipotecas que dan son para sus pisos y con condiciones cada vez más duras.

Todos deberíamos aprender de este grandísimo error que nos ha llevado a la ruina y que nos ha hecho pasar de una opulencia basada en la imaginación a una pobreza más real que la vida misma.

Con las manos en la pasta

Sa'cabao el cachondeo de estafar con los préstamos hipotecarios. ¡Que te veo!

Sa'cabao er cachondeo de estafar con los préstamos hipotecarios. ¡Que te veo, Doroteo!

A partir de ahora, por Real Decreto, las entidades no financieras -o sea, todas menos los bancos y las cajas-, incluidas las que solo son intermediarias, que realicen préstamos hipotecarios, deberán apuntarse en un registro público que acaba de crear el Gobierno.

¡Ajajá! ¡Ya no se escapa nadie! No es que el estafar se vaya a acabar, porque ya sería milagroso el invento, y es conocido que la estafa va con la condición humana, pero sí que este registro obligatorio les va a poner las cosas más difíciles a los mangantes que se aprovechan de nuestra buena fe, nuestra necesidad y desconocimiento para timarnos vilmente con un préstamo hipotecario.

Junto con este registro, que es totalmente compatible con los que ya existen en las comunidades autónomas, los que se las den de prestamistas sin ser bancos deberán contratar un seguro de responsabilidad de 300.000 pavos al año, por si las flies les da por timar, o por si al final no pueden responder, aunque no tuvieran intención de timarte.

El Gobierno quiere vigilar y controlar a las empresas, que con la crisis han florecido como champiñones, que prestan capital privado sin ser bancos, ya que la no serlo no están sometidas al (des)control del Banco de España. Y es que, aunque vengamos de la pata del Cid, los bancos ya no nos prestan dinero y tenemos que recurrir a entidades de dudosa procedencia.

Para evitar zecretizmoz, este registro lo llevará el Instituto Nacional de Consumo, que depende del Ministerio de Sanidad, y nos dejarán consultarlo a través de la web de dicho Instituto.

Cuesta reconocer, a tenor de sus grandiosas meteduras de pata en vivienda, que nuestros gobernantes estén haciendo algo bien, algo que pueda protegernos como consumidores de los cuervos que ven nuestros ojitos brillantes ante su dinero.

No obstante, me inclino a pensar que esta inciativa se debe más bien a alguna petición zecreta de los bancos, que querrán que se regule  su competencia, no vaya a ser que alguna empresa les haga sombra, les merme el pastel o les perjudique de alguna manera. Una especie de perro del hortelano, que ni presta ni prestar deja, con un toquecillo de protección a los consumidores.

Necesitamos que alguien ponga una mira telescópica en este sector, donde han proliferado chiringuitos prestadores de pasta que luego han desparecido, como ha pasado hace poco en Sevilla y como acaba de ocurrir en Valladolid, donde la Policía acaba de desarticular una banda de sinvergüenzas que ha timado más de 600.000 euros en hipotecas y préstamos, usando documentación falsa.

Las malas personas no se detienen ante la necesidad, sino que se aprovechan de ella, así que, sea por lo que sea que realmente el Gobierno está blanqueando con Perlan este negocio, bienvenido sea.

Pocas hipotecas para tanto consumismo

Al final, por una cosa o por otra, el banco siempre nos está metiendo mano al bolsillo

Al final, por una cosa o por otra, el banco siempre nos está metiendo mano al bolsillo

Cuando vas al banco con todas tus esperanzas puestas en que, como tienes contrato estable y tu pareja también, y estáis dispuestos a esclavizaros sin rechistar, te van a dar una hipoteca para comprar el pisito al que ya le has echado el ojo, va el del banco y te dice ¿hipotequé?

Y es que en las entidades financieras ya no saben ni lo que significa hipoteca. Por eso lo dicen en pasado: se anticipan a tus pensamientos de hipotequé mis ilusiones y mi futuro y ahora no tengo donde vivirlo porque ya no te dan ni los buenos días.

Esta realidad, que ya ni la contradicen los bancos en sus anuncios, se palpa en los últimos datos recogidos por la Asociación Hipotecaria Española (AHE), que constata que el dinero que le debemos a los bancos en hipotecas ha disminuido un 1,49% el pasado octubre con respecto al mismo mes de 2009.

¡Y eso que el Gobierno creía que nos íbamos a lanzar como buitres sobre los pisos con sus más fantasiosas que fantásticas medidas! ¿Y las hipotecas? ¿Tuvo en cuenta que sin hipotecas no hay piso para casi nadie? Va a ser que no.

Sorprende averiguar que, frente a esto, ya va por el 9% el crédito hipotecario que destinamos a cualquier cosa menos  a la compra de vivienda.

Hay gente que hipoteca el piso, ofreciéndolo al banco como garantía, a cambio de un préstamo para el coche, los estudios de infantes y infantas, las megavacaciones en el culo del mundo o el ultramoderno comedero automático del perro.

Nos estamos empezando a parecer cada vez más a nuestros vecinos europeos, así como a los colegas estadounidenses, que son muy dados a hipotecar el hogar en lugar de pedir un crédito al consumo.

De esto se acaba de chivar el Banco de España, señalando que es la cantidad más alta nunca vista de hipotecas que no dedicamos a comprar piso, cantidad que se ha duplicado en apenas 5 años.

Esto choca en tiempos de crisis, aunque puede tener su explicación en que muchas familias reunifican deudas, piden un solo crédito y con él pagan el resto, reduciendo bastante los tipos de interés, que en los créditos para consumo son mucho más altos (a veces hasta del 25%) que los de los pisos, que por mucho que suban no serán más del 7%.

Parece un chollo que puede resultar una trampa porque como el plazo para devolver el dinero es mucho mayor, al final terminas pagando mucha más pasta en intereses que si el crédito fuera para consumo. Eso sí, tardas más en pagarlo y a lo mejor por eso salvas la casa y al final devuelves toda la deuda.

Los bancos no ponen tantos problemas para dar estos créditos hipotecarios porque saben que los españoles lo último que dejamos de pagar es la casa, aunque al final en estos créditos somos más morosos que en las hipotecas para comprar piso.

Pero qué pobres somos, de bolsillo y de espíritu. Si en vez de aspirar a lo que no tenemos, fuéramos realistas y quisiéramos lo que podemos conseguir, no pediríamos tanto, no deberíamos tanto y no seríamos tan pobres.

Las hipotecas siguen renqueando

Por aquí se van las nuestras posibilidades de recibir una hipoteca con las pocas gotas que salen del grifo que han cerrado los bancos a cal y canto

Por aquí se van las nuestras posibilidades de recibir una hipoteca con las pocas gotas que salen del grifo que los bancos han cerrado a conciencia

A pesar de que el último informe del Banco de España dice que en octubre se dieron un 0,3% más de hipotecas que en el octubre anterior, ¿no tienes la sensación de que los créditos solo se ven ya en las películas de ciencia-ficción y de que no nos están dando más que largas?

De septiembre a octubre, el crédito para comprarnos casa aumentó un birriosísimo 0,6%, aunque las empresas aún lo tienen más crudo, pues ya encadenan 13 meses seguidos de bajada, cuesta abajo y sin frenos, con todo muy apretao: los dientes, los puños, los lugares más recónditos de la anatomía e incluso el cinturón. Sobre todo el cinturón de (in)seguridad.

Viendo el tema de enero a octubre, salimos claramente perdiendo, pues el crédito para préstamos hipotecarios ha bajado un 9,7%, principalmente porque las cajas están tacañeando de lo lindo. Los bancos también, pero escuece admitir que algo menos.

El grifo sigue cerradísimo para todos menos para los empleados de banca y los suertudos que se decantan por un piso del stock de los embargos del banco y, milagrito del Niño Jesús, cumplen todos los requisitos.

El grifo también gotea dinerete para la Administración Pública, mejor parada que empresas y particulares, que se mueren de frío en la cola para comprar lotería en la Bruja de Oro, Doña Manolita y otras mozas de la suerte navideña.

Bancos y cajas tienen el santo morro de decir que en este país faltan  demandantes de crédito solventes. ¡Ja! ¡Pero qué jeta! Me juego una partida de parchís a que muchos de los que tiran para atrás en las sucursales bancarias aportan suficientes garantías de que devolverán el dinero según lo pactado, pero ni por esas les sueltan un duro.

Que los bancos tengan cuidado al apuntar con el dedo a alguien, porque cuando lo hacen otros dedos les señalan inequívocamente. De todas las hipotecas concedidas solo 15% peligran de ser morosas; son las que los propios bancos dieron, irresponsablemente en muchos casos, por encima del 80% del valor de tasación del piso.

¿Cuántos españoles pueden decir hoy día que las hipotecas que han firmado no son abusivas? ¿El 15%? ¡¡Muchos más!! Un tercio de las hipotecas tiene cláusulas mamonas, o sea más del doble.

Lo peor… Que todo apunta a que la cosa va a seguir igual. Seguiremos informando, espías.

A los bancos se les atragantan los pisos

Hay que tener tanto estómago como Homer Simpson para digerir la jartá de pisos que han engullido los bancos

Hay que tener tanto estómago como Homer Simpson para digerir la jartá de pisos que han engullido los bancos

Los bancos tienen serios problemas para vender los pisos embargados a promotores y particulares cuando estos dejaron de pagar los créditos que les concedieron hace menos tiempo del que parece.

A los bancos se les están atragantando los pisos porque no los venden tan rápida y fácilmente como ellos quisieran, y porque tampoco ponen mucho de su parte para hacerlo.

Su gran padre, mentor y tapador de todo tipo de fechorías, que está incluso a favor de las cláusulas suelo, el Banco de España, calcula que los bancos ya acumulan 181.000 millones de euros en casitas sin vender.

Como es lógico, los bancos, que se liaron a embargar un piso tras otro en cuanto dejábamos de pagar, ya no ven rentable seguir embargando, ni tampoco seguir manteniendo los pisos.

¿Cómo librarse de ellos entonces? O nos facilitan el acceso a la vivienda, dando más hipotecas de las que dan, que son pocas y todas orientadas a que compres sus pisos, o les bajan el precio.

Como no están dispuestos a ninguna de las dos cosas, el presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, ha apuntado para otro lado: que si hay que legislar mejor, que si hay que vender todos los pisos nuevos y luego los usados, que si hay que facilitar el acceso a la vivienda, que si hay que crear empleo… Tiene razón, pero de dar más hipotecas o bajar el precio no ha dicho ni mú el tío.

Se calcula que los pisos que se están vendiendo ahora son los que han bajado de precio al menos un 30% y que para aliviar el mercado inmobiliario, el precio debería bajar hasta el 40%.

Problema: si para que vaya mejor la economía, es necesario que vayan bien los bancos; si para que vayan bien los bancos es necesario que se vendan sus pisos y para que estos se vendan, debemos comprarlos nosotros, ¿de dónde sacamos el dinero si no nos lo prestan?

Otro problema: Si para que todo vaya bien, el precio de los pisos debe bajar, pero los bancos, que ahora son grandes inmobiliarias preocupadas sólo por sus cuentas de resultados, no bajan ni medio céntimo, ¿cómo va a ajustarse el mercado?

Los bancos son el problema pero deberían ser la solución. Son el principio y el fin de todo, el quid de la cuestión, la madre del cordero y la pescadilla que se muerde la cola. Habrá que darles un almax para los problemas de digestión y para ver si recuperan también algo del alma que nunca han tenido.

La guerra contra las cláusulas suelo continúa

Las condiciones de los bancos son como las setas: aunque no lo parezcan, pueden ser muy venenosas y mortales

Las condiciones de los bancos son como las setas: aunque no lo parezcan, pueden ser muy venenosas y mortales

Y vuelta la mula al trigo. Después de que varias sentencias hayan declarado nulas o abusivas algunas prácticas generales o aisladas de los bancos, y tras la reciente sentencia de un juez en Sevilla contra las cláusulas suelo, por abusivas, Adicae sigue dando guerra a los bancos contra estas cláusulas que impiden que un tercio de los hipotecados se beneficien de las bajadas del Euríbor, porque en su día firmaron, muchos sin saberlo, que el mínimo que pagarían (suelo) por mucho que bajara el Euríbor, está en torno al 3% o por encima.

La Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae) acaba de demandar a 45 entidades financieras por la aplicación de cláusulas suelo, pidiendo que se ilegalicen para que no se puedan volver a aplicar, y que se devuelva a los que las padecen  (3,8 millones de hipotecas en 2008) toda la cantidad cobrada injustamente, que Adicae calcula que asciende a 7.000 millones de euros. Ahí es ná.

Adicae, Ausbanc y la OCU, entre otras, son las que más cara están plantando a los bancos y las cajas por la aplicación de estas cláusulas entre el miedo de políticos y gobernantes por contrariar a sus mejores y mayores prestamistas y ante la pasividad del Banco de España, que se limita a proteger a los suyos, las entidades financieras, y que considera lícitas las cláusulas siempre que se informe de ellas.

No es que antes no hubiera timos y ahora sí. Es que hace un tiempo que  se están empezando a conocer, empezando a denunciar y empezando a condenar. También pasa que cada vez estamos más hartos, tenemos menos dinero, peores condiciones en los trabajos y nos afecta más la crisis, por eso en 2009 pusimos el doble de quejas contra los bancos. ¡¡Porque estamos hartos de tanta maldad y tanto abuso!!

Las demandas son como los champiñones: van surgiendo de vez en cuando, en algunos sitios muchas, en otros pocas, y de manera aleatoria. Muchas también son flor de un día, que no prosperan o que, si lo hacen, las sentencias favorables a los consumidores pueden ser recurridas y recurridas por los bancos demandados hasta que ya ni te acuerdas qué estabas reclamando, terminaste de pagar o la hipoteca o ni falta que hizo porque te quitaron el piso en el intento de denunciar al banco.

También las cláusulas y condiciones que ponen los bancos con como las setas: hay muchas, proliferan por doquier según la época y algunas, muchas, son tan tóxicas que en cuanto te las tragas, no hay médico buenorro de Anatomía de Grey que te salve.

Los bancos nos ajustan la cuentas con la hipoteca

Los bancos se han creído que somos una naranja mecánica que exprimir a todas horas

Los bancos se han creído que somos una naranja mecánica que exprimir a todas horas

Los resultados de los bancos durante los tres primeros trimestres del año, no son los que esperaban.

¿Y qué hacen? ¡¡Subirnos las comisiones!! Para maquillar y mejorar sus resultados, y no pasarlas tan canutas en 2011, el Banco de España confirma que la banca sube las comisiones por apertura de hipotecas y por el mantenimiento de cuentas y tarjetas.

Es muy fuerte que lo hagan, no porque tengan pérdidas, nooooo, sino ¡¡porque están viendo que no van a tener tantas ganancias como el año pasado!!

¿Ah? ¿Y nosotros sí? ¿Nosotros ganamos más dinero, si muchas empresas no te suben ni el IPC en la nómina? ¿O es que acaso sus servicios se han incrementado o mejorado tanto como para que se justifique una subida en las comisiones? ¡¡Tampoco!!

Es más de lo mismo. Después de que hayan percibido 30.000 millones de euros de los que aportamos como contribuyentes para que no se vayan a la deriva, ahora van y nos facturan su salida de la crisis una vez más.

Olvidémonos de las hipotecas con un diferencial por debajo del 1%, que es lo que están poniendo ahora como mínimo, y de las hipotecas sin cláusula suelo, por las que, no obstante, debemos seguir peleando.

Olvidémenos también de las comisiones de apertura inexistentes o razonables, que ahora suben del 2,68% (media de 2009) al 2,72%, lo que supone que tenemos que pagar de media unos 600 euros.

Nos ajustan los cinturones en vez ajustar ellos su margen. No se dan cuenta de que las medias naranjas, incluso las naranjas completas, cuanto más se exprimen menos zumo tienen. Es como la pesca del atún rojo, que está regulada por algo, porque no se puede pescar y pescar sin dar tiempo a reponer, y los bancos son incansables en la pesca de nuestros ahorros, pero no nos dan tiempo de reponernos anímicamente de sus palazos ni de reponer la pasta con la nómina, el que la tenga.

A ellos sí que habría que ajustarles las cuentas con leyes estrictas en la regulación de las porquerías de cláusulas y otras movidas que nos obligan a firmar. No te ponen una pistola en la sien, hacen algo peor: te dicen que no te conceden el préstamo y te quedas sin casa. A veces hay algo peor que morir, que es vivir sufriendo.

Los pozos sin fondo también tocan techo y las gallinas de los huevos de oro se quedan tan anoréxicas como las chavalas de la pasarela Cibeles. Pero, ahora, mientras se cuente con la connivencia del Banco de España, la vista gorda de los políticos y el silencio de los ciudadanos afectados, podrán seguir exprimiéndonos, explotándonos, sangrándonos y ajustando nuestras cinturas sin que nadie les meta en cintura a ellos.

Hoy por hoy, una entidad que te cobre lo mínimo o que no te cobre es como una botella de agua fresca en el desierto: o no la ves o, si la ves, es un espejismo.

El Euríbor nos vuelve a dar calabazas

Calabaza para espantar la subidas del Euríbor, en un Halloween typical spanish

Calabaza para espantar la subidas del Euríbor, en un Halloween typical spanish

Por tercer mes consecutivo, el Euríbor vuelve a subir, dándonos otro sustillo moderado en la cuota de la hipoteca en un intento por amargarnos este puente de todos los Santos.

Aunque la cifra la tendrá que oficializar esta semana, como siempre, nuestro amadísimo Banco de España, el Euríbor cierra octubre provisionalmente con una media del 1,495%, si bien algunos días de octubre ha superado el 1,5%.

Con esta nueva subida el Euríbor es un 20% más caro que hace un año. Hace dos y tres rozaba el disparate del 5,5%, alentado por la especulación, la inconsciencia general y la inconsistencia de las inversiones inmobiliarias. Vamos, que nos suben la hipoteca y encima tenemos que dar gracias de no estar tan mal como antes.

Es la mayor en 3 años y, por supuesto, la mayor en 2010,  año en el que el Euríbor ha recordado cómo escalar, después de estar año y medio bajando. Lo peor es que en esta carrera de fondo, en la que va lento pero seguro, no parará de subir y subir, sin importar si nosotros podremos pagar o no las cuotas.

Y es que el Euríbor no depende de nuestro poder adquisitivo. ¡Ojala! ¡Ya quisiéramos nosotros! El Euríbor, que es el precio al que los bancos compran dinero, depende del interés que se pongan entre sí al prestárselo o de la voluntad del Banco Central Europeo (BCE).

El BCE prometió, y lo está cumpliendo, congelar los tipos de interés en el 1% hasta que la crisis escampe un poco y la economía empiece a reactivarse. Es una cifra historiquísisisisima, que nunca se había visto en países de la zona euro en más de 50 años.

Pero como el BCE está hasta los milindrines de la dependencia económica que tienen de él los bancos, ha decidido dejarse de contemplaciones y, para ver si espabilan solitos, dejar de prestarles pasta. Como consecuencia han empezado a prestársela entre ellos, por eso sus préstamos y trapicheos suben el Euríbor.

Y lo que lo encarecerán, porque se prevé que las subidas continúen hasta finalizar el año por encima del 1,5% y pa’ arriba-pa’ arriba durante el año siguiente.

Luego los bancos nos dicen de firmar truco o trato, y al final firmamos los dos: un trato con truco del almendruco. A lo mejor tenemos que acabar contactando con el Más Allá para que nos echen un cable en las hipotecas del Más Acá.

Pisoteando las cláusulas suelo

Los bancos están todos a una pasa seguir pisándonos con las hipotecas

Los bancos están todos a una pasa seguir pisándonos con las hipotecas

En estos tiempos, en los que los bancos nos pisotean sin parar, debemos reclamar que lo se pisoteen sean sus prácticas abusivas y no nuestros ahorros ni nuestros derechos.

En esta línea va la sentencia de un Tribunal sevillano que, tras una denuncia de Ausbanc a BBVA, Cajamar y Caixa Galicia, ha declarado “nulas, por abusivas”, las cláusulas suelo de las hipotecas.

El juez ha ordenado también que dejen de incluirse, destacando que hay mucha diferencia entre el suelo (3%) y el techo (15%), siendo el techo prácticamente inalcanzable, pues el Euríbor tendría que subir al 13% o 14% y su récord es del 5,467%.

¡Hip, hip, hurraaaa! ¡Hip, hip hurraaaaaaa! ¿O no…? La sentencia aún no es firme ni puede ser ejecutada hasta que se tramite el recurso que ya han puesto los bancos denunciados.

¿Cabe lugar para la esperanza, entonces? Hombre, por caber… Cosas más grandes nos han hecho tragar y aquí estamos. Si el caso se sigue recurriendo y recurriendo, llegará al Tribunal Supremo, que lo mismo nos da la razón que nos manda a freír espárragos.

En febrero ya se puso de nuestra parte, declarando ilegales 13 cláusulas de esas a las que los bancos tanto les gusta ponernos, sobre todo si no estamos informados de ellas. Curiosamente, no estar informado adecuadamente de ellas era lo único que se reconocía como ilícito hasta ahora.

El Banco de España, cómo no, apoya claramente estas cláusulas porque dice que forman parte del precio del préstamo y que deberían continuar para no hundir los intereses de la banca (a costa de nuestros intereses y de los intereses que nos cobra, of course). ¡Pero si hasta encargó un informe para que lo leyeran en el Senado!

Resulta que el 30% de las hipotecas, síiiiiii, 1 de cada 3 de nuestras hipotecas tiene cláusula suelo. Y claro, lo que para nosotros es mucho para los bancos también. Son muchas hipotecas que, sin cláusulas suelo, les producirían muchas pérdidas.

Y como no tienen el horno para bollos, con la que les está cayendo de pérdidas  y menores ganancias, los bancos -bajo el paraguas defensor del Banco de España- pelearán con uñas y dientes para seguir aplicando esas cláusulas y las que les dé la gana con tal de seguir practicando la usura que les enriquece a nuestra costa.

Ya podrían sentenciar todos los tribunales del mundo mundial algo tal valiente como lo que he dictaminado el juez sevillano. Solo espero que sea antes de que los bancos se hayan inventado nuevas prácticas con las que darnos por el clander.