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Bankinter revoluciona el mercado con una nueva hipoteca 100% online

Su hipoteca, gracias.

Su hipoteca, gracias.

Bankinter acaba de lanzar, a través de su portal Coinc, un nuevo préstamo hipotecario que rompe y revoluciona el mercado, colocándose directamente como la mejor hipoteca del momento.

No, no es publicidad, ni es exagerado. La nueva hipoteca es a Euríbor + 0,99%, sin interés fijo al principio, algo a lo que sí recurre la competencia con tal de cobrar más para compensar que el Euríbor lleva en negativo casi dos años. Incluso ING sucumbió y lo incluye desde hace unos meses.

Esta hipoteca variable no tiene comisiones ni vinculación. O sea que 0,99% es el primer, único y mejor diferencial que ofrecen; no está sujeto a que domicilies ingresos, compres con tarjeta, tengas seguros, depósitos o plan de pensiones, que son las vinculaciones más frecuentes de la banca en general.

Ni siquiera tienes que tener cuenta en Bankinter: el recibo te lo pasan a otra cuenta que tengas ya abierta en otro banco. Parece que se adelantan a la nueva ley, que no permitirá reducir el diferencial a cambio de atarte con vinculación.

Como la competencia, prestan hasta el 80% del valor de la vivienda, a devolver en un mínimo de 3 años y un máximo de 30. Peeeeeero es toda todita online. Todo irá por Internet: los datos que les das sobre ti, el estudio de la vivienda, el envío de documentación y la información de todo el proceso. No ves a nadie, no quedas con nadie. Hasta la cita con la notaría te la dan a través de Internet. Es el único día que tendrás que ir y ver a alguien.

En Bankinter dicen que las hipotecas serán así dentro de 20 años, que sólo se adelantan para adaptarse a una nueva realidad en la que las personas que buscan información de hipotecas lo hacen a través de Internet. Por eso su perfil es el de jóvenes compradores de su primera vivienda. Esto no significa que otro tipo de personas puedan contratar la hipoteca, pero a lo que se ve Bankinter cuenta con que las personas de más edad tienen otra mentalidad y otro manejo de las nuevas tecnologías.

Bankinter, el sexto banco en España, necesita ganar dinero y ganar clientes, mejor jóvenes porque tienen más años por delante para ser clientes. El palo que le ha dado el Tribunal Supremo en las hipotecas multidivisa le pone en riesgo 400 millones €. Además, el Euríbor no le da beneficios, sólo quebraderos de cabeza: ha cerrado noviembre en el -0,190% y Bankinter comercializó una hipoteca a Euríbor + 0,18%, que ahora ya no da ninguna ganancia.

Confiesan que se arriesgan porque creen que el futuro es Internet y porque, incluso en los tiempos más duros de la crisis, presumen de pocos morosos. Dicen también que pueden dar este precio tan novedoso en estas condiciones porque el coste de Internet es barato y les permite bajar el de la hipoteca.

Pero no todo son ventajas… En las hipotecas online no cabe la posibilidad de negociar, ni de personalizar, de lo que han hecho su bandera con las hipotecas personalizables que anuncian por todas partes. Son lentejas, si te gustan las tomas y si no a otro banco. Por eso siempre han sido las más baratas del mercado: ahorran costes y, como ya dan un precio ajustado desde el principio, no dejan margen a la negociación ni a la mejora de las condiciones iniciales.

Estamos ante el principio de una nueva era. Es cuestión de tiempo que la competencia (ING, Santander, Bankia y BBVA, entre otros) hagan lo mismo o algo parecido. Sobre todo en cuanto vean que Bankinter gana clientes con ello. Y seguro que interesados en esta nueva hipoteca no le faltan. Sólo hay que ver lo bien que le está yendo a Bankia desde que quitó la vinculación y las comisiones ha quintuplicado la firma de hipotecas en lo que va de año.

Un buen momento para comprar piso con hipoteca

Se han alineado los astros

Se han alineado los astros

Ya están aquí los nuevos tiempos. Atrás quedan, aunque no muy lejos, los años de sequía del crédito hipotecario, en los que los bancos no daban ni pa luz pa un ciego. Ahora dan porque les interesa, pero son mucho más cuidadosos a la hora de elegir a sus clientes.

Por muy necesitados que estén de ampliar su cartera hipotecaria, porque son más préstamos los que se cancelan que los que se firman, no se están tirando a la piscina con cualquiera. Son más exigentes. El trabajo fijo ha dejado de ser importante: se valora más cuánto ganas y la antigüedad en el trabajo.

Las hipotecas por el 100% del valor de tasación o el precio del piso (toman como referencia el más bajo) se reducen a unas pocas para pisos de bancos o clientes ultrasolventes. Las hipotecas para jóvenes, desgraciadamente, son casi cosa del pasado. Aquí tendrán que abrir la mano porque son los formadores naturales de hogares y no pueden estar eternamente con sus padres o no se van a conformar siempre con el alquiler, si lo que quieren es comprar una vivienda.

Con los bajos sueldos actuales y la condición casi eterna de becarios, los jóvenes no pueden ahorrar lo suficiente para comprar una casa si no es condonación de dinero o aval bancario de sus padres.

Aún con todo, el número de nuevas hipotecas sube mes a mes. Es fácil: venimos de una gran sequía y a nada que se reactive el mercado los porcentajes de subida parecen altos. Pero no podemos negar que aumenta el número de nuevas hipotecas firmadas, son datos de notarios e Instituto Nacional de Estadística. Lo que no sube es el importe prestado, cuya media está por debajo que antes.

Se nota que los bancos necesitan volver a dar créditos, pero no quieren arriesgarse ni repetir los errores de la burbuja inmobiliaria. El precio de los pisos tocó fondo y desde hace unos meses ha empezado a subir tímidamente, sobre todo en las grandes ciudades o en zonas con más demanda que oferta de casas.

El panorama se presenta interesante: es buen momento para comprar una vivienda antes de que suba más el precio de los pisos y, además, los bancos prestan dinero. Si quieres una hipoteca a interés variable también es el momento, porque los bancos han estancando sus ofertas más interesantes en el rango Euríbor + 0,90% – Euríbor +1,25% porque, para ganar dinero con el Euríbor en mínimos, el tipo fijo les reporta más beneficios. O sea que o bien coges un tipo fijo -que aún puede bajar algo por la guerra de precios- para hipotecarte a más de 15 años o bien eliges uno variable, que si cambian las ofertas será para subirlas.

Jóvenes, hipotecas y vivienda, una relación difícil

Entre la vivienda y los jóvenes ya no hay gasolina para encender la llama

Ya no se enciende la llama

Jóvenes e hipoteca no siempre han sido una pareja bien avenida, pero lo que se vive actualmente ya es demasiado.

El 80% de los menores de 30 años todavía viven con sus padres porque, dada la precariedad laboral que acampa especialmente entre los jóvenes, cada vez es más complicado abandonar el nido comprando una casa.

Para poder hacerse con una vivienda hoy en día tendrían que cobrar el doble que ahora y aún así deberían dedicar el 60% al piso, el doble de lo que se recomienda dedicar a pagar deudas. Todo para optar a una vivienda media de 50 m2.

Antes, por lo menos, los contratos de becario se limitaban a la etapa universitaria o de los últimos años de los estudios, y si después te contrataban con beca el salario era mayor y la duración menor.

Antes, por lo menos, había algo llamado Hipoteca Joven, que rebajaba el tipo de interés y relajaba las condiciones de la oferta hipotecaria del momento: había poco interés fijo al principio o ninguno, menor vinculación y cero comisiones. Ahora sólo quedan dos o tres de estos productos y ni en broma mantienen estos privilegios.

Es cierto que los bancos suelen dar el 100% para comprar un piso de su stock, pero no siempre encaja en la idea que una persona joven tiene para formar su hogar, o no está donde quiere, o no se puede gastar dinero en reformarlo.

Antes de los 35 años es díficil tener el dinero suficiente para dar una entrada del 20% del piso, necesario porque salvo para sus viviendas, los bancos no financian por encima del 80%. Antes de esa edad es complicado tener un trabajo sin sobresaltos, bien remunerado y con antigüedad laboral suficiente para que el banco te considere una personal laboralmente estable y económicamente solvente.

Los jóvenes son los formadores naturales de nuevos hogares y a su vez los grandes olvidados por las reformas laborales y las hipotecas. Mientras que la gente joven que opta por comprar no se lo pueda permitir, no se va a aligerar el stock inmobiliario de la banca, ni todos los que quieran se van a poder marchar de casa de sus padres. El país entonces no avanza.

La Hipoteca Mari Carmen de Abanca pide 600 € al mes con Euríbor + 1,25%, ING no establece ingresos mínimos y otras los sitúan en 2.000 – 2.500 € en adelante. Para mileuristas es complicado, para otros directamente imposible.

La banca no quiere dar hipotecas para alquilar pisos

Otra vez el balón en el centro del campo

Otra vez el balón en el centro del campo

Los bancos no están por la labor de dar hipotecas a los jóvenes para que se alquilen un piso, ni tampoco quieren conceder préstamos, ya sea a ellos o a personas de más edad, para que compren una casa por partes mientras pagan un alquiler por el resto del piso en el que viven.

Estas fórmulas, de las que hablé hace poco y que funcionan desde hace treinta años en Reino Unido, Holanda y otros países del norte de Europa, de momento no tienen cabida en España porque los bancos las ven demasiado arriesgadas y con un mercado del alquiler mucho menos maduro que el de compra.

Se sugirió que se implantaran en Cataluña, de hecho parece que se iban a aprobar en el Parlamento, y también Sociedad de Tasación lo lanzó como propuesta para solucionar los problemas de los jóvenes para acceder a la vivienda.

Pero la banca ya se ha apresurado a responder que la juventud deberá quedarse en casa de sus padres, compartir piso, irse de alquiler, aventurarse en el extranjero o debajo de un puente.

Entiendo que ahora la banca sólo se fije en clientes con pasta, esos que conservan el trabajo desde antes de la crisis o que han conseguido uno con buen sueldo porque son unos cracks en lo suyo y hay tiros por contar con ellos.

Obviamente, estas personas son pocas y no todas quieren comprar un piso. Por eso las entidades financieras, si quieren seguir ganando dinero para compensar que cada hay menos hipotecas, porque se van terminando de pagar y las que quedan pagan menos intereses porque ya les va tocando amortizar sobre todo capital, deben mirar más al futuro y menos a su ombligo.

Los jóvenes son demandantes naturales de vivienda, van a formar los nuevos hogares, quieren comprar mayoritariamente, y tienen más años por delante para pagar. En su contra juega que son también los más precarios en el mundo laboral, los eternos becarios, los que más sufren el paro y tienen menos ahorros (o ninguno).

Pero a su vez la banca continúa atesorando muchos pisos en su stock, algunos de los cuales podrían hacer las delicias de más de una persona joven o no tan joven. La cuestión es encontrar un punto intermedio entre abrir la mano y dar hipotecas sin riesgo.

Ya que apenas existen hipotecas para jóvenes, antes muy frecuentes y con mejores condiciones que el resto, quizá funcioen los avales, aunque supongan enmarronar a terceros, o prestar dinero para pisos baratos. Quizá un alquiler con opción a compra. Así el banco, al menos, tiene cubiertos todos los gastos de tener un piso parado (comunidad de vecinos, IBI…) y te puedes ir de casa antes de que te salgan canas.

Hipoteca y alquiler, más cerca de lo que parecen

Qué chungo está lo de irse del nido

Qué chungo está lo de irse del nido

Aunque siempre se ha visto el alquiler como lo contrario de la hipoteca y viceversa, últimamente nos llegan voces de que no es tan disparatado comprar un piso por partes y pagar un alquiler por el resto, tener una hipoteca para hacer frente al alquiler mensual o pagar el alquiler de unos años de golpe pidiendo una hipoteca al banco. En Reino Unido y Holanda, por ejemplo, existe desde hace 30 años.

El último en sumarse es el director general de Sociedad de Tasación, Juan Fernández-Aceytuno, que en el Salón Inmobiliario de Madrid ha dicho que los bancos deberían dar hipotecas a los jóvenes para que puedan vivir de alquiler.

Según él es una forma de facilitarles el acceso a la vivienda, ya que este sector tiene miedo a comprar por las malas experiencias que han visto durante la crisis. A saber: cuotas que se han disparado con el Euríbor alto, gente no ha podido pagar, otros que han perdido su casa o han embargado la de sus padres…

Eso dice él. Creo que no compran por dos razones: o porque no quieren (prefieren alquilar y alguno seguro que vivir con sus padres) o porque no pueden, dada su precariedad laboral, los escasos o nulos ahorros y las grandes exigencias de los bancos en cuanto a vinculación, ingresos y antigüedad laboral, que dejan fuera a los jóvenes.

Durante la crisis les ha bajado el sueldo entre un 30% y un 40% de media. Es lo mismo que ha caído el precio de la vivienda, pero no en todas partes por igual, así que muchos siguen sin poder comprarse una casa y por eso alquilan o se quedan donde están.

Entonces, si un banco les diera una hipoteca para pagar el alquiler, ¿no sería tan exigente con los ingresos y la antigüedad laboral? ¿De verdad este señor cree que a cualquier entidad le va a dar igual que un hombre o mujer de veintitantos tenga un contrato de becario y cobre menos de 18.000 € brutos al año? ¿Acaso no le va a pedir que tenga ahorros y un trabajo estable? ¡Pero si casi han desaparecido las hipotecas para jóvenes!

Tampoco creo que le ponga las mismas condiciones que a una hipoteca para comprar un piso, en todo caso hablamos de un préstamo personal, que suelen tener intereses más altos.

La idea de prestar dinero a la juventud para que pueda emanciparse es buena, pero si le dan una hipoteca, entonces entiendo que muchos preferirán comprarse un piso en lugar de alquilarlo. En España, por muy joven que sea la gente, se sigue manteniendo una mentalidad muy fuerte de comprar en lugar de alquilar.

No veo a la banca dando hipotecas para alquilar. A juzgar por su estrategia presente, no les interesa, si bien deberían fijarse en los jóvenes, ya que son el sector con mayor demanda de vivienda porque son los que formarán los futuros hogares, ya sean de compra o de alquiler.

Juventud y vivienda: un reencuentro que también depende de la banca

Viviendas accesibles para jóvenes

Viviendas accesibles para jóvenes

Juventud, divino tesoro. Pero qué poco tesoro, entendido como dinero, se tiene en la juventud. Con el estudio masivo de carreras, másters, doctorados, idiomas y demás gaitas que engordan el curriculum y entretienen mientras te llega a los veintitantos la beca de tus sueños (esa de 600 € al mes por jornada completa en una empresa de medio pelo), se ha retrasado mucho la edad de emancipación y se ha empobrecido el poder adquisitivo de los jóvenes.

La mitad de los menores de 25 están en paro, un tercio si ampliamos la edad a 35 años. La juventud nunca lo ha tenido fácil, pero irse del nido y ahorrar para comprarse un piso es más difícil ahora que antes. La vivienda sigue cara en proporción a sus sueldos, que si son mileuristas pueden festejarlo a tope.

El sueldo medio de los menores de 30 años es de 12.000 € al año y las hipotecas son muy escasas. La Hipoteca Joven, una realidad palpable hasta 5 años, ha desaparecido en casi todas las entidades financieras.

Así que la juventud menor de 30-35 años se ve abocada a las hipotecas que hay para el resto, enfocadas a perfiles solventes con sueldos altos, antigüedad laboral, ahorros… Justo lo que no han podido conseguir todavía. La mayoría queda fuera del acceso a la vivienda en propiedad. Un tercio se lanza a alquiler como paso intermedio entre la casa de sus padres y la suya, y el resto se van a casa de otros (parejas que los acojan gratis, por ejemplo) o se queda donde estaba.

Lo curioso es que el mercado inmobiliario necesita reactivarse, sin pasarse ni especular ni convertir el ladrillo en la nueva fiebre del oro. Pero sí que necesita resucitar para vender todos los pisos que los bancos acumulan sin querer y las promociones fantasma que asustan en los laterales de las carreteras. De momento entre uno y dos tercios se están comprando a tocateja por inversores que no encuentran rentabilidad en otra parte o aprovechan el momento actual, de bajada de precios (la vivienda ha caído una media del 30%-40% según la zona).

Los bancos necesitan clientes con los que ganar dinero y como los buenos están todos pillados, pues quedan en gran parte los jóvenes, que de por sí son una fuente de demanda natural de vivienda. Son los que van a formar los nuevos hogares, y las viviendas protegidas están en paradero desconocido.

Para poder comprarse un piso actualmente deberían tener pareja, ganar justo el doble de lo que les pagan, tener ahorrado como mínimo el 20% de lo que vale el piso y gozar de trabajo estable. La mayoría no lo tiene. Por ahora, sólo se pueden permitir un piso de unos 60 metros (80 en el mejor de los casos), que no cueste más de 1250.000 € y no les suponga más de 350 € al mes (700 € si van en pareja).

Su reencuentro con la vivienda debe ser algo natural que se produzca en los próximos años si no queremos precarizar la sociedad y mantener las desigualdades. Por un lado hay que mejorar el mercado laboral, en lo que Gobierno y empresas tienen mucho que hacer aunque no creo que quieran. Por otro están los bancos, que deben rebajar sus exigencias, sin jugársela a dar préstamos a cualquier precio. Ahora sólo ven a los jóvenes como morosos potenciales y fuente de problemas.

La herencia hipotecaria de 2014 con la que recibimos 2015

En las hipotecas nunca se va ligero de equipaje

En las hipotecas nunca se va ligero de equipaje

Ahora que despedimos un año y damos la bienvenida a otro es un buen momento para recordar con qué bagaje hipotecario recibimos 2015, año en el que seguiremos sin desgravación fiscal para pisos comprados desde 2013.

Este año se ha confirmado la tendencia que se apuntaba finales del pasado: se abre nuevamente el mercado de las hipotecas. Tras Bankinter, Cajasur, ING y Santander, que fueron desgranando poco a poco ofertas con diferenciales en el 2%, antes nunca vistos, muchas otras entidades se han sumado a la guerra de precios hasta terminar el año con los mejores diferenciales entre el 1,6% y el 1,7%, y algunas hipotecas por el 100%.

Que bancos bastante reticentes a mejorar sus ofertas hayan entrado en liza, unido a que los punteros mejoren sus hipotecas cada vez que lo hace la competencia directa, hace pensar que en 2015 podremos ver bastantes diferenciales por debajo del 1,5% e incluso que podamos terminar el año en Euríbor + 1%.

La parte no tan buena es que se trata de hipotecas para clientes con perfiles altos, para los que sí se flexibilizan y adaptan las condiciones. Jóvenes, mileuristas y personas solas siguen teniéndolo difícil.

Otro punto a favor de los hipotecados sin suelo y sin IRPH ha sido la bajada del Euríbor. Tras la caída de los tipos de interés al hiper-mega-histórico 0,05% (lo que es casi poner el dinero a cero interés), el Euríbor no se ha hecho de rogar y ha bajado hasta el entorno del 0,3%.

Esto garantiza cuotas baratas durante al menos un año más, además de un Euríbor requetebajo durante 2015, cuando todo apunta a que este índice será sustituido por el Euríbor Plus, para que la banca deje de especular con él a base de dar cifras falsas que sólo benefician sus intereses.

Hablando de índices de referencia, el IRPH por fin desapareció en todas sus modalidades excepto el IRPH Entidades. Esto ocurrió a finales de 2013, si bien los efectos se han dejado ver este año. Los más afortunados han visto su índice sustituido por Euríbor + 1% mientras que los menos están con el IRPH Entidades, lo que les encarece el préstamo una media de 2.000 € al año.

Otros que siguen pagando más y esperando que su situación mejore son los que cargan con la cláusula suelo. Según el Banco de España, en 2013 desapareció de 12.224 hipotecas, esperándose buenas cifras (aún no disponibles) para 2014. Aún debemos lamentar que algunas entidades no lo han quitado de los préstamos ya firmados o no se plantean eliminarlo, por el momento, de su ofera hipotecaria.

Hay que celebrar que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea está dando caña, en temas como la vinculación o los desahucios, al sistema español para que introduzca cambios en nuestra legislación hipotecaria, obsoleta a más no poder, hecha para los ciudadanos y los bancos de finales del siglo XIX, cuando se daban pocas hipotecas y se protegía mucho a la banca.  ¿Te  suena?

Los jóvenes se pueden quedar fuera del mercado hipotecario

Cuando las barbas de tu vecino veas cortas, pon las tuyas a remojar

Cuando las barbas de tu vecino veas cortas, pon las tuyas a remojar

La fuerte precariedad laboral y el altísimo paro juvenil, que afecta al 40% de los menores de 26 años, hacen prácticamente imposible que una persona menor de 30 se compre una casa.

Con menos de 30 años es dificilísimo ahorrar al menos el 20% de lo que vale un piso, sobre todo si lo haces en solitario. A partir de los 30 es cuando se supone que ya has tenido algo de tiempo para ahorrar y has mejorado algo a nivel laboral, lo suficiente para tener un poco de estabilidad.

Pero eso era antes, cuando las difuntas cajas de ahorros firmaban convenios con las comunidades autónomas para crear un producto casi desaparecido que se llamaba Hipoteca Joven.

En la Hipoteca Joven te daban mejores condiciones que en el resto de préstamos hipotecarios: por lo general menor vinculación y un diferencial más bajo. El requisito fundamental era la edad: ser menor de 30 -35 años y no tener más de 65-70 al finalizar el plazo de pago (30-40 años).

Ahora los jóvenes se las ven y se las desean para encontrar un trabajo, donde exploten lo menos posible y con un sueldo que alcance el mileurismo. Salvo que hereden un piso, la mayoría sólo se puede permitir vivir de alquiler o continuar en casa de sus padres.

Así es difícil que pasados los 30 cumplas el perfil para pedir una hipoteca, también porque ahora los bancos han subido los requisitos de solvencia tela marinera. Es normal porque no se quieren arriesgar. Nadie quiere que vuelva a pasar lo que estalló durante la crisis: hipotecas que no se pueden pagar porque se dieron sin pensar y se firmaron sin pensar qué pasaría si los ingresos bajaban o el trabajo desaparecía.

Las personas entre 30 y 40 años eran antes el perfil soñado por los bancos para pedir una hipoteca, pero tal y como están las cosas, la situación la cambiado. Y si los bancos tampoco son muy partidarios de prestar a gente que pasa de los 40-45 años porque no tienen tanto tiempo de devolver el dinero antes de que se jubilen… Entonces… ¿A quién porras le van a prestar el dinero?

Pues de momento parece que a los que sí tengan muchos ahorros, o grandes avalistas, vayan en pareja, no pidan mucha pasta y tengan buenos sueldos en trabajos estables. En Reino Unido se ha lanzado una normativa para que no se deje dinero a quien supere los 65 años (edad de jubilación) al terminar el plazo de pago. ¿Pasará aquí lo mismo? Si es así, que se despidan de repartirse un suculento pastel hipotecario porque menos gente cumplirá el exigente perfil que manejan.

La banca ignora a los que quieren hipotecarse solos

¿Solo o con mala leche?

¿Solo o con mala leche?

Ser single ya no es tan fácil como antes. Hasta no hace mucho, era una persona soltera (que no solterona, oiga), tirando a joven, con ingresos interesantes, independizada y buen tren de vida.

De esos quedan cada vez menos y no porque se emparejen como locos. Más bien es que el tren de vida se ha perdido, los ingresos se han esfumado y lo de irse de casa de los padres es más difícil que enseñarle educación para la ciudadanía a Chuck Norris.

Los jóvenes deberían ganar el doble para poder comprarse un piso que no llega a ni 50 metros cuadrados, y al que tienen que dedicar de media más del 60% de sus ingresos.

Si las hipotecas para jóvenes son casi inexistentes, la oferta que tienen las personas solas es prácticamente nula. Y mira que es un nicho de mercado cada vez más amplio. No hablamos sólo de solteros, también de separados, divorciados, viudos…

Están ahí pero la banca los ignora deliberadamente. Tienen necesidad de acceder a la vivienda pero con un sólo sueldo, que en general no es la pera, no se pueden ir más que de alquiler a un piso inferior en el que vivían, o a casa de sus padres, lo que es de agradecer, pero lamentable y deprimente.

Un tercio de los jóvenes entre los 24 y los 35 años todavía no se ha emancipado. En muchos casos no es por falta de ganas, y en otros se largan de casa alquilando porque comprar no está a su alcance.

La banca se ha vuelto muy elitista eligiendo a quién le deja el dinero. Y no te digo que no tenga razón a veces: no es plan de dar dinero a cualquiera como se hizo antes de la crisis, pero también debería fluir más el dinero.

Esta responsabilidad la tienen todos, especialmente las entidades rescatadas con nuestro dinero. O ganas bien de pasta o ningún banco te aceptará como pareja, por mucho que le prometas serle fiel todos los días de tu vida. ¿Y quién gana más de 2.000 euros? Haberlos haylos, pero no muchos menores de 35.

Con menos de ese sueldo la banca es reacia a casarse contigo. ¿Y quién termina los estudios, se pone a currar y gana ese dineral, en una profesión legal y honesta? Decídmelo, por favor, que me reciclo en un periquete.

La oferta hipotecaria se centra en parejas, con trabajos estables, antigüedad laboral, que ganan como mínimo 2.000 € entre los dos -algunos bancos exigen mucho más- y si son jóvenes, mejor que mejor. La oferta está pensada para parejas y familias. La banca pasa de los que no compran un piso a pachas y eso que son 8 millones de personas, de las que cuatro millones y medio viven por fuera de casa de los padres.

Los préstamos para jóvenes siguen en coma

Ser joven, esa gran actividad de riesgo

Ser joven, esa gran actividad de riesgo

Los jóvenes no lo han tenido precisamente fácil para acceder a la vivienda, pero de un tiempo a esta parte lo tienen aún peor.

Según el Consejo de la Juventud deberían cobrar un 105% más para poder emanciparse. De media, en España, una persona joven debe dedicar más del 60% de su sueldo para comprarse un piso que no llega ni a 50 metros cuadrados.

Con este handicap, sumado a la precariedad laboral, una de cada tres personas entre los 24 y los 35 años (más de 6,3 millones de personas) sigue en casa de sus padres. Algunos que se lanzan a vivir solos y quieren comprar se conforman con alquilar: la compra se les hace muy cuesta arriba y no me extraña.

Las hipotecas para jóvenes, que existían antes de la crisis y durante los primeros años, sobre todo ligadas a comunidades y ayuntamientos, casi desaparecieron cuando se cerró el grifo hipotecario. La cosa no fue mejorando, al revés: en 2012 solamente tres entidades estaban dispuestas a prestar dinero a los pipiolos en condiciones especiales.

Porque es que, sin esas condiciones especiales, es muy difícil comprar una casa. El primer salario y los primeros ahorros no dan para mucho. Antes había menos vinculación, diferenciales más bajos, plazos más largos… Ahora apenas hay hipotecas para jóvenes y las que existen sí son algo mejores que las demás, pero tampoco para fliparse.

La nueva Hipoteca Joven de Kutxabank te baja el diferencial un 0,25 hasta que cumplas los 35. Antes los préstamos juveniles tenían las mismas condiciones para toda la vida, ahora ni eso.

No tiene suelo ni comisión de apertura y el diferencial es de los menos malos del mercado: empieza en un 2,60% que se puede quedar en el 1,60% si te vinculas a tope. Ahí está el truco: te tienes que atar más que Houdini dentro de la urna con agua. Domiciliar la nómina, compras con tarjeta de 2.400 € anuales, meter mil pavos al año en un plan de pensiones y tres seguros. Excesivo.

Para llegar a un diferencial del 1,25% tienes que pedir sólo hasta el 75% de lo que vale el piso (lo habitual es el 80%), cumplir lo anterior y tener menos de 35 años. Por mucho que haya bajado el precio de los pisos, ¿qué persona menor de esa edad tiene ahorrado el 25% de lo que vale el piso más el 10% de los gastos de compraventa?

Por el momento, ésta es la única hipoteca para jóvenes que hay junto con la de Kutxabank y el Gobierno de La Rioja, a Euríbor + 0,95%. Éste sí que es un diferencial competitivo para lo que hay por ahí. Por lo demás, sólo recuerdo a Bankinter que, si tienes menos de 35, te respeta el Euríbor del primer año durante el segundo y el tercero. Eso está guay, sobre todo si pillas una de las cifras actuales, por debajo del 0,40%.