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Quejarse ante el Banco de España empieza a ser efectivo

Remedio eficaz contra chupasangre en el 64% de casos

Cuando sufres un abuso bancario, ya sea en su día el suelo o ahora el vencimiento anticipado, la comisión de apertura, gastos de la hipoteca o el cambio al IRPH Entidades, puedes hacer tres cosas antes de llegar a juicio, que dado el coste y el desgaste personal que supone siempre debe ser la última opción.

La primera es reclamar a tu banco que elimine el abuso y te devuelva el dinero que has pagado de más, hablando se entiende la gente pero como a veces no quiere entender nada, te negarán lo que pides o directamente te mandarán a tomar por saco o al SAC.

Son las siglas de Servicio de Atención al Cliente, el departamento del banco donde quejarte de manera formal y oficial. Para reclamar cualquier cosa es mejor redactarlo de manera seria y técnica. En Internet seguro que encuentras un modelo para reclamar o bien puedes pedir cita en la OMIC (Oficina Municipal de Atención al Consumidor), cuentas el caso, llevas la documentación que te pidan, redactan la reclamación y en algunos casos hasta la envían por ti al banco. ¡¡Todo gratuito!!

Si el banco contesta que no o en dos meses no te responde, puedes reclamar ante el Banco de España. Como vimos, es una opción más que tenemos y que no tiene por qué hacerte perder el tiempo, salga como salga el resultado.

Si el Banco de España te da la razón puedes esperar que tu entidad agache la cabeza y te dé lo que pides en dos tercios de los casos. Si no quiere, a pesar de que el Banco de España piense que tienes razón, sólo te queda buscar un buen abogado que te cobre como mucho entre un 10% y un 15% de lo que ganarás, preguntarle las opciones de lograrlo y, en caso de que lo tenga super seguro y haya sentencias favorables en casos como el tuyo, ir a juicio.

Probablemente el juez tendrá en cuenta que tienes un informe a tu favor del Banco de España. Si el informe sale negativo también puedes ir a juicio pero el juez quizá lo tenga en cuenta en tu contra.

Extraña pero no sorprende que el Banco de España dé la razón a los clientes en muchas cuestiones y luego la entidad se lo pase por el forro. De las casi 6.000 reclamaciones sobre hipotecas que el Banco de España recibió el año pasado, sólo en el 64% de los casos el banco le hizo caso, en el otro tercio hizo el silencio y nunca más se supo.

Aun así, es un avance. El año anterior (2016), los bancos solamente hicieron caso a la opinión del Banco de España en un tercio de los casos. Debe de ser que ya hay banqueros escarmentados a base de sentencias en contra (el 97% de las que pasan por los juzgados especializados condenan a la banca) y de que están hartos de reclamaciones, peleas y a mala reputación que todo esto les ocasiona.

Tiene más mérito aún si tenemos en cuenta que el año pasado el Banco de España recibió una cifra recórd de reclamaciones, con algo más de 40.000, que supone un 276% más que el año anterior.

Pero que la banca haga caso en dos tercios de los casos no es bastante, debería hacerlo en el 100%, siendo el Banco de España un juez imparcial, un desempate, un recurso para no ir a juicio y lograr que el banco te haga caso y elimine los abusos. Así el Banco de España de verdad tendría poder y sería un supervisor real, no el consentidor de los abusos bancarios como ha sido hasta hace poco tiempo.

Sin tiempo límite para reclamar abusos en una hipoteca ejecutada

Otra vez la UE poniendo en vergüenza nuestra normativa hipotecaria

Otra vez la UE poniendo en vergüenza la normativa hipotecaria española

Otra vez Europa dándonos caña en temas hipotecarios… En esta ocasión por el plazo para recurrir las cláusulas abusivas en las hipotecas que sufren una ejecución por impago.

A la Comisión Europea le parece que el mes que hasta ahora era el tiempo que los hipotecados tenían para recurrir su deshaucio amparándose en que tenían cláusulas abusivas en su contrato es muy poco y que no debe existir ningún límite.

Lo contrario, marcar un mes o cualquier otro plazo, se pasa por el forro el Derecho Comunitario. Y como estamos en la Unión Europea, para lo bueno y para lo malo, no se puede llevar la contraria.

Este tema ha saltado a la palestra gracias al caso de una pareja de Martorell que recurrió, tan sólo un día después de que terminara ese plazo de un mes, las cláusulas abusivas de su hipoteca en Unim-BBVA. Según la Comisión Europea no están fuera de plazo porque no existe límite de tiempo para reclamar los abusos en las hipotecas en el caso de que el banco te embargue la casa.

Este plazo de un mes lo puso el Gobierno en julio de 2014 cuando -para variar- el Tribunal de Justicia de la Unión Europea dejó claro que era injusto y desequilibrado que un banco pudiera recurrir si el juez encontraba una cláusula abusiva en una hipoteca, pero el titular de la hipoteca no tenía ningún derecho a reclamar ni quejarse.

La Comisión Europea se ha pronunciado porque un despacho de abogados puso una queja ante la comisión de peticiones del Parlamento Europeo y luego una reclamación ante la Defensora del Pueblo europea. Burocracia y más burocracia, que en este caso ha dado sus frutos.

No es la primera vez que un juez o un abogado español lanza una consulta o una queja ante una institución europea con resultado positivo para el hipotecado en cuestión, y al final para todos los demás con hipoteca porque lo que se ha dictado para un caso se convierte en generalización para el resto.

Como ves, vamos ganando terreno poco a poco, ganando algunos derechos básicos y lógicos que de otro modo no tendríamos porque en España, si es que se legisla y se modifica la ultra-antigua, coservadora y obsoleta Ley Hipotecaria del siglo XIX que tenemos, es porque Europa obliga y siempre pasito a pasito.

Al menos está la Unión Europea tirando del hilo y tirando del carro para que aumenten nuestros derechos como consumidores, en especial en lo que a hipotecas, contratos transparentes, cláusulas abusivas, ejecuciones, desahucios y reclamaciones se refiere.

El suelo desapareció de más de 12.000 hipotecas en 2013

Enhorabuena a los premiados

Enhorabuena a los premiados

A mucha gente no le ha tocado el Gordo de Navidad en el sentido estricto de la palabra, pero sí que este año ha tenido algo más que celebrar porque le han quitado la cláusula suelo.

La sentencia del Tribunal Supremo del 9 de mayo de 2013 deja entrever sus efectos. Que el máximo tribunal español condenara a BBVA, Cajamar y Novagalicia (actual Abanca) a retirar la cláusula suelo de todas sus hipotecas es un puntazo que afortunadamente ha traído cola.

El Banco de España asegura que en 2013 la banca eliminó el suelo de 12.224 hipotecas, lo que son más de 12.000 familias que han dejado de pagar una media anual de 1.200 €.

Esto son grandes pérdidas o falta de ganancias para los bancos, pero su uso está ya tan cuestionado que, por primera vez, se dan cifras oficiales del número de entidades que retiran el suelo de sus hipotecas.

En total fueron 18 bancos, incluidos los 3 obligados por el Supremo, según datos recogidos en la Memoria del Servicio de Reclamaciones del Banco de España. De ellos, Popular con 2.028 clientes beneficiados, Caixabank con 2.010 y Unicaja con 1.682 son las entidades que más suelos han quitado. El caso del Popular es quizá el más significativo porque era una de las corporaciones que más orgullosas estaban de aplicar el suelo y más lo defendían, junto al Sabadell.

Bankia, con un 2,5% de sus préstamos con suelo, lo quitó en 281 casos en 2013. Tras estas cifras cabe esperar que el número de suelos eliminado crezca en 2014, aunque aún es pronto para conocer datos oficiales. El suelo es algo que la banca se ve forzada a ir sacando de sus estrategias poco a poco, pues el Supremo dejó clara su opinión.

Tras la mencionada sentencia, los bancos preguntaron si tenían que producirse todas las causas comentadas en ella o bastaba sólo una para que el suelo fuera nulo. El Supremo fue tajante: con una es suficiente. Entre otras pifias, puedes alegar que no se te hubiera informado bien de los riesgos, que el suelo esté descompensado con el techo, que desconocías su existencia…

Pocos bancos retiran el suelo voluntariamente, algunos mediante acuerdos individuales con los clientes y la mayoría tras sentencias judiciales, pero qué duda cabe que en el futuro ninguno utilizará esta cláusula que ha cogido tan mala fama y empieza a estar cuestionada dentro del sector.

Las quejas por cláusula suelo han aumentado un 142% las reclamaciones recibidas por el Banco de España. Suponen un tercio de las quejas totales, sólo superadas por las que cargan contra compañías telefónicas.

Las hipotecas y los desahucios nos quitan el sueño

Vaya por Dios... No poder pagar la hipoteca y que me echen del piso no me han dejado pegar ojo esta noche...

Vaya por Dios... Que el vecino del quinto no pueda pagar la hipoteca y le vayan a echar del piso no me ha dejado pegar ojo esta noche...

Así como en otros tiempos el terrorismo, la corrupción, la inmigración o los políticos eran las mayores preocupaciones de los españoles, ahora las cosas son ligeramente diferentes.

Junto al paro, que es lógico que preocupe más que nunca al 80% de los españoles, se han metido en la lista las hipotecas y los desahucios.

Esto se sabe por dos cosas. Una es el resultado de las dos últimas encuestas que ha hecho el CIS, Centro de Investigaciones Sociológicas que, con las mismas siglas, bien podría llamarse Cotilleos de Interés Social.

El 6,3% de los encuestados en noviembre y el 5,7% en diciembre dijo que los desahucios les quitan el sueño. Aunque asín a priori no parece una cifra alta, es toda una novedad porque no había aparecido nunca entre los malos rollos de los que nos quejamos en esta encuesta.

Muy relacionados con las hipotecas y también con los desahucios, y cuando deberían ser la solución y no el problema, los bancos se cuelan entre nuestros desvelos, preocupando al 8,4% de los españoles en noviembre y al 7% en diciembre. ¿Sólo?

Es mucho y poco a la vez teniendo en cuenta que al 9,5% de la gente preguntada en noviembre y al 17,2% de los interrogados en diciembre les molestan también la corrupción y el fraude, otro gran problema con el que perdemos igual o más pasta que con los bancos.

La otra cosa es que han aumentado un 20% las quejas que en 2012 recibió la Defensora del Pueblo, una chorba llamada Soledad Becerril. La gran mayoría son por temas económicos: además de las preferentes, el paro y el cobro de prestaciones sociales, en esta lista están -cómo no- las hipotecas y los desahucios.

¿Y qué hace esta buena mujer con las quejas que recibe? Jia, jia. Cobra por lo que a muchos les gustaría hacer: recordar a los gobernantes lo que tienen que hacer, mandarles sugerencias y recomendaciones sobre los problemas que denunciamos.

Quejarse al Defensor del Pueblo se puede hacer hasta por Internet, pero es meramente testimonial. Sirve para que esta señora lo sepa, tu queja conste en algún sitio y algún medio lo publique si, junto a ti, otros se quejaron de lo mismo. Pero nada más. Con la de gente a la que le gustaría cobrar por poder decir a los demás lo que tienen que hacer y le ha tocado justo a ella. Con la de gente que intenta mandar sobre tu vida sin cobrarte un duro…

Igual que la prima de riesgo, el abismo fiscal y el rescate financiero son términos que, sepamos lo que son o no, forman parte de nuestras vidas, hablar de desahucios se ha puesto más de moda que el tupé en los años 50.  Y tal vez por eso sea que nos preocupa mogollón. O porque los medios se han puesto de acuerdo para meter estos temas en una de cada dos noticias. Y a ti, ¿qué es lo que te quita el sueño?

Los bancos se quejan de perder beneficios por no dar hipotecas

¡Ay, qué pena me da que 'me sa' muerto el canariooo!

¡Ay, qué pena me da que 'me sa' muerto el canariooo!

Qué gracia. Son los que dieron hipotecas de forma irresponsable, los que primero embargaron y luego escucharon ideas para aplazar las cuotas, los que se han llenado de ladrillos y los que, al final, han cerrado el grifo de las hipotecas.

Por eso indigna que los bancos se quejen ahora de que el bajón que ha pegado la venta de viviendas y las pocas hipotecas que hay -porque no quieren dar más ni en mejores condiciones- les están dejando de dar parte de los beneficios a los que están tan mal acostumbrados a nuestra costa.

Justo antes de que desapareciera la maravillosa deducción en Hacienda por tener hipoteca de la vivienda habitual, la venta de pisos sufrió un achuchón que ahora, vuelta a la realidad, se ha convertido en un bajón impresionante. En enero y febrero aún se notaba algo el tironcillo, pero en marzo la compraventa de viviendas bajó un 11,9% y, en abril, un escandaloso 29,7%, lo que supone el mayor batacazo en dos años, todo según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Al darse menos hipotecas, y con la situación tan inestable que vivimos en el mundo laboral y nuestros maltrechos o inexistentes ahorros, se venden menos pisos y, por tanto, los bancos dejan de ingresar dinero, además de por los intereses que ya no nos cobran, por la indecente cantidad de productos asociados a las hipotecas, como ellos los llaman.

Se trata de los seguros de hogar, vida, coche, protección de pagos, desempleo… De las tarjetas de crédito y débito, la cuenta corriente, depósitos o plan de pensiones, así como la domiciliación de la nómina y varios recibos. En resumen, todas las mandangas que nos obligan a contratar para darnos la hipoteca, y con las que están dejando de ingresar cuantiosas primas y comisiones. Menos mal que al menos estas esclavitudes desgravan en la Declaración de la Renta al mismo nivel que la hipoteca (un 15% de hasta 9.015 €).

Qué mal lo han previsto. Tan listos que estuvieron para anticiparse a la caída de los intereses endiñándonos las cláusulas suelo, con las que a la tercera parte de los hipotecados nos sacan miles de euros extra al año, y ahora van y les sorprende perder margen de negocio, un 6,2% el BBVA y un 34% Bankia (Caja Madrid).

Cerrar el grifo de las hipotecas es lo que tiene: si no dejas pasar nada hacia fuera, nada de fuera recibirás a cambio. Si no hay hipotecas, no hay intereses que cobrar ni ataduras con las que sangrar a los clientes. Si tanto miedito tienen y tan tensionados están ahora, que se lo hubieran montado mejor.

¡¡No me dan ninguna pena!! ¡Hablamos de beneficios, ni siquiera de pérdidas! Nosotros sí que tenemos pérdidas y aquí estamos, aguantando el chaparrón sin azúcar ni turrón.