
Arreglar las cosas por las bravas es tentador, incluso apetecible a veces, pero el sistema solo está preparado para aceptar que lo hagan los que lo han creado
El banco iba a embargar el piso a Francisco Peña Flores por haber dejado de pagar la hipoteca. Para intentar evitarlo, a la desesperada, en vez de resignarse a perder la vivienda, a Paco se le ocurrió atracar un banco para conseguir el dinero.
Su intento delicitivo le salió rana, le pillaron y fue a la cárcel, perdiendo no solo el piso sino también su libertad. Ahora Paco dice que está muy arrepentido de haber atracado el banco y, junto con otros 4 presos que cumplen condena en Alcalá-Meco, ha hecho el Camino de Santiago con voluntarios del BBVA, donde él tenía la hipoteca.
La experiencia le ha encantado, Paco resalta el buen rollo que ha habido entre ellos, incluido el director territorial del BBVA, que ha participado en la última etapa, hasta llegar a Santiago de Compostela. ¡Qué bonito es todo entre ladrones!
Cuando las cosas van mal cada uno elige su camino: unos okupan pisos de otros o del banco y a Paco le dio por atracar. Le tenía que haber salido bien la jugada y evitar perder el piso a base de robar a una entidad financiera solo una pequeña parte de lo que ella nos roba en intereses abusivos durante toda la vida del préstamo.
Pero no está bien visto en este sistema que hay montado que los particulares atraquen a los bancos, solamente que los bancos atraquen a los particulares, algo que no solo está permitido sino fomentado desde la Administración con leyes que protegen y amparan más y mejor los derechos de las entidades financieras.
Qué más da si hay desequilibrio entre ciudadanos y bancos: los ciudadanos solo votan y pagan impuestos, los bancos prestan dinero, que es lo único que ven los políticos. Hacerse político también hubiera sido mejor que atracar el banco: robas y luego no hay consecuencias. Qué pena que Paco no cayó en la cuenta sino en la cuneta.
Lo que le pasó a Paco, le está pasando a muchas familias españolas. La morosidad en las hipotecas de particulares ya va por el 3%, y es una cifra baja comparada con la morosidad de promotores y constructores inmobiliarios, que son los que realmente están lastrando las cuentas de los bancos.
La cosa se podría poner mucho más fea si aumenta el paro, los desempleados agotan las prestaciones y sube el Euríbor, que ahora mismo está afortunadamente bajo para los hipotecados, cerrando abril en el 1,368%. Esperemos que no, porque de los pisos okupados te acaban echando y atracar un banco para no perder el piso puede hacer que pases de una celda de deudas a otra de rejas, y que al final cambies tu casa por otra más pequeña donde no eres libre.








